Construyen universitarios la ciudad de las artes

Por Jorge Luis Heredia

El ferrocarril ha muerto. La ciudad del ferrocarril ha muerto. De sus cenizas, sin embargo, emerge otra, nueva, vibrante, con nuevas ideas, nace “la ciudad de la poesía”, dice Renata Bisnácida, pero ayer los alumnos de teatro de la Universidad de las Artes nos mostraron con su recién creado Festival Universitario de Teatro, algo más, que de a poco se ha ido convirtiendo Aguascalientes en la Ciudad de las artes. Después del cierre del festival inició una alucinante fiesta de acrobacias y baile que tarde o temprano va a llegar a las calles de la ciudad.

El nuevo Festival Universitario de Teatro de Aguascalientes (FUT). Foto: Pili Bedolla. 

Dice Eduardo López Hernández, una de las voces de los estudiantes de octavo semestre, que organizaron el festival, que como próximos a egresar serán “los siguientes en morirse de hambre”. Sí, la narrativa social hasta ahora es esa, que estudiar teatro es el mejor camino directo para morirse de hambre, pero aun así, cada año nuevas generaciones repletas de fe y esperanza solicitan ser aceptadas en esta carrera, en artes visuales, en música y en otras más relacionadas con el arte, por tanto es imprescindible abrir caminos. Y ahora les toca a ellos.

Allí están tratando de inventar la nueva ciudad con un festival para el que lograron llevar cinco obras de teatro, abiertas a todo público, desde la Madre coraje de Bertolt Brecht con alumnos de sexto semestre; Ícaros con alumnos de octavo semestre, ambos de la propia universidad, hasta Estudio de una depresión ganadora de la muestra estatal de Teatro en 2017; la reconocida Los niños de Morelia de egresados de la Autónoma de Aguascalientes y una sobresaliente puesta en escena de la Universidad Autónoma de Querétaro, La cantante calva de Eugene Ionesco.

Madre coraje de Bertolt Brecht, por alumnos de la UART. Foto: Pili Bedolla

Sí, vale la pena detenerse un poco en La cantante calva, que sobrepasó todas las expectativas, hecha por estudiantes de octavo semestre que verdaderamente se muestran como profesionales en una obra compleja de Ionesco, dedicada a la incomunicación, bueno, puede ser sencilla si consideramos que ahora los seres humanos nos hemos vuelto expertos en incomunicarnos y es una práctica cotidiana. Creo que la obra dirigida por Abigail Contreras Favila pone un alto estándar, difícil de cruzar, algo así como un reto...

¿Morirse de hambre? Quizás cuando la ciudad sea invadida por los artistas y cuando algunos festivales como el de las calaveras y el de la primavera sean tocados por la magia de los nuevos profesionales del teatro, por los nuevos profesionales del arte, se empiece a reconocer esta profesión como otra cualquiera, como hacer pan, como hacer coches, como hacer tornillos y que para cumplir los objetivos se requiere, como mínimo, un salario digno. Sí, ha muerto el Aguascalientes ferrocarrilero y nace lentamente la ciudad de las artes.

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