El arte es muy incómodo para los poderosos, causa conciencias: Mauro Zanatta

  • Zanatta en el Primer Encuentro Regional de Guitarra Clásica en Aguascalientes


Por Jorge Luis Heredia

Mauro Zanatta se autodefine como un espíritu viejo que nació en la Venecia de góndolas y cantos, palacios, pisos de ajedrez y música de Vivaldi, así que cuando llega a México por primera vez siente el golpe de la juventud artística y queda hipnotizado. Tan pronto como llega se vuelve parte de festivales y conciertos en Culiacán, Morelia, Paracho, Chihuahua, Guanajuato, Toluca, Zacatecas y no para, por eso no lo duda ni por un instante cuando el guitarrista universitario Luis Duque Romo lo invita a participar en el Primer Encuentro Regional de Guitarra Clásica en Aguascalientes.

El guitarrista italiano Mauro Zanatta en el Primer Encuentro Regional de Guitarra Clásica en Aguascalientes.
Foto: Fin de Semana
Mauro Zanatta es como la cereza en el pastel de este primer encuentro regional. Uno de los grandes intérpretes de la guitarra en el mundo abre el encuentro con un recital y además es conferencista, maestro de clases técnicas y clases individuales y, por si fuera poco, le encargan integrar y dirigir la orquesta de guitarras, con la que cierra el encuentro. Y así, en la ciudad del no pasa nada, vuelve a pasar, pasa el arte y pocos se enteran.

Mauro Zanatta se forma en la vieja Europa con guitarristas de talla mundial y su maestría le permite ser recibido en México con los brazos abiertos. Y su visión pesa porque ha logrado integrar la mirada de dos mundos. Uno, el europeo, con públicos críticos, pero sin la pasión de los públicos que ha vivido en México. Pero sobre todo su visión pesa porque es un hombre profundamente crítico.

No se crea que el sistema cultural mexicano le pasa desapercibido. Sabe que los funcionarios que no apoyan el arte y la cultura, lo único que les interesa es proteger su silla, porque tienen una visión mediocre de la cultura y del arte, por eso rechazan festivales de calidad, como este que inicialmente fue rechazado en otras instituciones, hasta que llegó a la escuela Manos, guitarra y arte. Por ello y más Fin de Semana, la voz cultural de Aguascalientes, busca la entrevista exclusiva que presentamos a continuación.

Mauro, ¿por qué estás aquí?
Todo empezó con una insatisfacción que yo tenía cuando vivía en París. Me contrataron en 2014 en Culiacán para impartir un diplomado, unas conferencias, dar unos recitales y todo esto fue a través de un amigo mexicano. La suerte quiere que ese año, en 2014, falte el maestro encargado del recital y me pidieron a mí ‘que si estaba disponible’ y dije ‘claro que sí’.

¿Al Festival Internacional de Guitarra de Sinaloa?
Sí, al festival internacional de guitarra. Así que de París me fui a Culiacán, Sinaloa y me gustó mucho y esto reforzó lo que no me gustaba de París… No había esta dinámica cultural ni en París ni en Italia. De hecho, en Italia la población es mayor, no hay muchos jóvenes. En Italia la situación cultural es muy, muy difícil y en Culiacán estuve dos semanas y me gustó mucho… Después de estas dos semanas me regresé a París, con el deseo de que me invitaran otra vez y en 2015 me invitaron de nuevo para impartir otro diplomado y me quedé tres semanas y tres semanas se convirtieron en cuatro y después de un mes y medio llamé a París y dije, ‘yo me quedo aquí porque aquí siento que está mi vida’.

¿Qué más encontraste aquí que valió la pena que te quedarás?
Creo que México es el país con el mayor número de festivales de guitarra y obviamente me quedé en este lugar porque se puede trabajar mucho, yo me sostengo de eso. Y aparte es la calidad de la gente, estas ganas de los jóvenes por aprender música, de involucrarse en un sistema social que pretende ver a la cultura como uno de los puntos más importantes. Encontré instituciones más o menos buenas, con los lados positivos y negativos, como en todos lados…, pero principalmente sí puedo decir que le debo mucho a México, me cambió la vida personalmente a nivel social, a nivel cultural, humano también, a nivel profesional y siento que hay mucho movimiento, mucha dinámica.

¿Estás enterado que este encuentro de guitarra fue rechazado por algunas instituciones culturales, es decir, que existen aquí unas paredes, unos muros muy fuertes?
El arte en general es una cosa muy incómoda, porque causa conciencias, y a los poderosos las conciencias les es muy incómodo. Un ser humano que crítica, que pone en discusión, que lucha por algunas cosas a través de su inteligencia y a través de su sensibilidad, es una cosa extremadamente incómoda para los políticos y para los poderosos. Yo creo que ha pasado algo así, no sé bien las razones por las cuales no fueron apoyados, creo que tiene que ver con cierto tipo de target y no subirlo, porque puede sufrir la sustitución por gente más calificada. Son personas que defienden nada más su silla, aprovechándose de su visión de la cultura y del arte totalmente mediocre.

¿Eso implica que el artista por sí mismo es crítico? ¿Cuándo tiene tiempo de criticar un guitarrista de calidad cuya principal labor es estudiar y practicar?
Tienen tiempo cuando un músico lucha para conseguir lo que se merece, hay tiempo para hacerlo, pero muchas veces nos topamos, como usted dice justamente, con paredes. Y son paredes muy fuertes, pero el joven estudiante que se le pone enfrente de una institución, enfrente de un poderoso, claro que tiene la posibilidad de poner la discusión y criticarlo. Crítica no en el sentido negativo, sino de poner las cosas a discusión y en esa discusión sobre todo decir la verdad.

Zanatta cambió a tu Italia y a Francia por México. Foto: Fin de Semana

En la actualidad la cultura en México ha sido relegada del presupuesto público, ¿es el momento preciso para ser críticos en el sentido del que tú hablas?
Claro que lo es, siempre lo es. No creo que la crítica sea algo que va y viene y se desaparece, creo que la crítica debe estar siempre. Aquí siento realmente un fervor juvenil, en querer aprender, evolucionar, desarrollarse, primeramente como hombres, como seres humanos y sobre todo tratar de utilizar todas las herramientas para conseguir una sociedad cultural y dinámicamente mejor y aquí en Aguascalientes acabamos de ver un grupo de personas críticas, simplemente el hecho de hacer música de altísimo nivel es una forma de crítica hacia la música de bajo nivel, mostrar que la música de calidad está hecha en cierta forma y la música decadente es otra cosa.

Tú tienes la referencia de Francia y de Italia y ahora de México, dime ¿qué pasa con los públicos haya y qué pasa con los públicos aquí?
En Europa hay un público muy preparado, quiero hablar de Europa como concepto de unión, me gusta la idea de ser unidos. Siento que en Europa el público es más competente, más preparado, más crítico, pero por eso siento que es un público muy contaminado, tiene una serie de conceptos intelectuales en los cuales por el hecho de aplicar la propia intelectualidad deja de lado el placer de escuchar música. Aquí en México yo siento una nación apasionada a la música, a las artes, dispuesta a la música y al arte. En los recitales que he dado aquí me he dado cuenta de que hay una respuesta extraordinaria en el público. Yo por primera vez aquí tuve la sensación de no tocar para el público sino de tocar con el público, cada respiración juntos, cada pausa juntos, cada momento compartido, cada silencio compartido y se crea una empatía y una sinergia entre el intérprete y el público que yo jamás en mi vida había probado.

Me da la impresión, Mauro, de que huyes de una sociedad vieja y conservadora.
Yo soy un hombre extraordinariamente antiguo. Yo no me siento propiamente un hombre de mi tiempo. Lo que yo sí sé es que estoy de acuerdo con otro escritor, Wolfgang Goethe, que dice ‘si es cierto que nosotros artistas tenemos tanta vida interior todavía qué dar, la naturaleza está obligada a darme otro cuerpo’. Yo siento que he vivido muchas veces antes.

Ayúdame a tratar de cerrar esta breve conversación, ¿qué pasa contigo cuando estás tocando, cuando estás en el escenario?
No equivocarme, primero que nada, para ser muy sincero con usted. Entonces primeramente no equivocarme, estar concentrado y tocar bien. Lo que yo siento cuando interpreto es que soy un servidor. Como todos los intérpretes serios, servimos el pasado, nosotros somos una especie de unión entre el pasado y el presente, somos servidores de los maestros del pasado, del compositor que es un gran genio, como decía Rubinstein y el intérprete un talento.

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