Crea Juan Carlos Pérez obra de arte para hablar con el inconsciente

Entrevista exclusiva con el artista egresado de la Universidad de las Artes

  • El método que creó Juan Carlos Pérez es “para hacerte consciente de tus pensamientos que no están en tu mente en ese momento, sino que los traes de tiempo atrás, posiblemente reprimidos”
  • Cuando empiezo estudiar arte me siento más vivo, siento que estoy empezando algo que va a crecer mucho, me siento muy tranquilo, mucha paz y yo creo que rejuvenecí


Por Jorge Luis Heredia

Juan Carlos Pérez Martínez es un artista que quiere conquistar el mundo con el arte. Parece ser su bandera de guerra. Al principio no sabía cómo, pero un día, ya estudiando la carrera de Artes Visuales, se dio cuenta de que la gente pasaba por las galerías de arte tan rápido como si pasara con el pulgar las imágenes del celular. Se le metió hasta el alma el reto de hacer que la gente viera su obra por más tiempo y poco a poco construyó su gran arma de conquista: el método celidiano, que, dice, no es otra cosa más que hablar con el inconsciente estando consciente y le dio resultado, hasta ahora el récord de tiempo que una persona ha visto su obra es de tres horas.

Juan Carlos Pérez Martínez, en busca de la conquista del mundo con el arte. Foto: Adriana Ayala.

Parece sencillo, no lo es. La palabra introspección, como una forma de ver hacia adentro del ser humano, es el pan nuestro de cada día en las grandes exposiciones de arte, pero de forma práctica, la obra de Juan Carlos Pérez Martínez es la primera que parece lograrlo. Su obra ciertamente podría pasar desapercibida en la exposición Vorágine de la Casa de la Cultura de Aguascalientes, donde actualmente se encuentran sus obras Dios Marte y Diosa Atenea, pero no ha llegado hasta aquí para que su obra pase desapercibida.

Dejó atrás un pasado cargado de cosas comunes y difíciles como para detenerse. De hecho, hace pocos años Juan Carlos se dedicaba más bien a los negocios. Su vida pasaba en el vacío de las preocupaciones de una empresa que requiere de planeación, organización, dirección y control y viceversa. No había tiempo para la vida, bueno, excepto cuando en sus viajes de negocios él y su esposa se daban tiempo para observar las figuras en las nubes, perros, conejos… Sin saber que la pareidolia sería el origen y el motor de su obra artística.

Juan Carlos Pérez Martínez no es un adolescente, pero vibra como un adolescente. Da la impresión de que quisiera recuperar todo el tiempo perdido en la empresa, pero también da la impresión de que justamente su inconsciente estuvo preparando minuciosamente su proyecto artístico desde que alguna vez la vocación le movió el piso. Se lo dijo a su esposa, que quería estudiar arte, y ella sin dudarlo le dijo que sí. A partir de ahí Adriana Ayala parecía la más interesada. Luego se lo planteó a toda su familia y no faltó una voz que le dijera que a su edad se dedicara al trabajo, a la familia, que qué andaba haciendo en eso de estudiar en la universidad. Ganó el sueño, ganó el pensamiento del hombre que no quiere convertirse en una estatua de piedra, sino en un hombre vivo, capaz de conquistar el mundo con el arte.

Fin de Semana entrevistó a Juan Carlos Pérez Martínez (1969), un hombre capaz de dar un vuelco completo a su vida, de nacer voluntariamente en el mundo del arte, de crear un proyecto artístico, de desarrollar un concepto y eso a solo tres meses de haber egresado de la Carrera de Artes Visuales de la Universidad de las Artes y aquí está voz.

¿Te sentiste en la universidad fuera de generación?
No, pero cuando estaba con los alumnos veía una escasa falta de proyección en su vida. No de madurez, sino de proyección. Como que todos los que están ahí quieren estudiar artes porque tienen el deseo de sobresalir en eso, no saben cómo le van a hacer, después de la mitad de la carrera no saben lo están haciendo y algunos se salen porque dicen esto no les va a dar para comer.

Pero a ti te costó casi cuarenta años llegar a esa madurez y a esa proyección…
Sí, bueno yo perdí casi cuarenta años tomando malas decisiones. Yo hablaba con ellos para que no dejaran la escuela…

¿Fuiste el más grande de tu generación?
De la mía sí, pero había en la universidad varios contemporáneos míos.

¿Y que te enseñó tomar malas decisiones que lo llevaste al arte?
No, eso no lo he llevado al arte. Creo que no me generó ningún trauma, creo que más bien me va ayudar, para ayudar a los demás.

¿Y por qué quieres ayudar a los demás?
Porque creo que muchas de las personas jóvenes tienen a sus papás, pero creo que ni siquiera ellos saben cómo encaminar a sus hijos. Yo tuve ese problema, porque a pesar de que mi mamá me tuvo en colegios de paga, siempre estuve en lugares privilegiados, a mí nunca me dijeron oye es que la escuela sirve para esto, para que tengas una mejor carrera, para que tengas una mejor forma de vida, a mí siempre me llevaron a las mejores escuelas pero yo decía para qué la escuela, a mí me gusta el comercio, ¿quién es el dueño de coca cola?, pues un comerciante… ¿Quién es el dueño de la Goodyear?, pues un comerciante… Yo quiero ser comerciante y no creo que se necesite la escuela para hacerlo, pero yo creo que se puede obtener un mejor nivel de comerciante si estudias. Además, es una labor social, porque yo sé que todos cargamos con problemas ocultos y que no nos percatamos de ellos.

Diosa Atenea. Obra de Juan Carlos Pérez Martínez. Foto cortesía del artista.

¿Tú crees en la educación?
Sí, mira, yo me metía a todas las conferencias y talleres de la universidad, fueran o no de mi carrera y un director de cine nos dijo, miren muchachos, terminen su carrera, porque si ustedes terminan en la universidad, es como si hubieran vivido quince a veinticinco años… Eso les va a dar a ustedes la universidad, de 15 a 25 años de experiencia, y sí es cierto, mi instinto me decía que yo no tenía que tomar un curso de pintura, yo tenía que estudiar en la universidad.

¿Y la carrera que elegiste te da para vivir?
No me ha dado todavía, acabo de salir. Pero considero que sí me va a dar para vivir. Quiero conquistar el mundo con el arte y ya tengo proyectado más o menos cómo va a ser.

¿De qué te arrepientes, de haber entrado tarde a la universidad, de haberte dedicado al comercio...?
No, de nada. Es como que te sales de tu camino y vuelves a regresar a él. Todo me gustó, pero creo que sí hubo muchos lapsos de tiempo donde se desperdicia el tiempo, porque estaba con los amigos nada más sentado, echando coto, cuando podía estar leyendo un libro, pude haber conseguido mi negocio desde antes, pude haber estudiado y trabajado, quizás mi negocio me estaría dando para estudiar, pero mientras no tengas una guía, mientras no te digan cómo hacerlo… No, no me puedo arrepentirme porque todo lo que he querido lo he logrado.

¿Y quién fue tu guía para retomar el camino?
De la escuela nunca tuve guía, del comercio, sólo, yo veo que compras a un peso y lo vendes a dos pesos…, la lógica.

¿Qué descubriste que tiene el arte que haya hecho que cambiaras tu vida?
Ay, pues desde que entré a la escuela cambió todo. Dejas el estrés, dejas el trabajo, dejas de trabajar por el dinero, dejas de trabajar por comer, dejas de trabajar por cosas mundanas. Cuando empiezo a estudiar arte me siento más vivo, siento que estoy empezando algo que va a crecer mucho, me siento muy tranquilo, mucha paz y yo creo que rejuvenecí, yo estoy haciendo arte.

¿Y que es arte para ti?
Son muchas cosas. Arte es poder llevar a la gente a vivir una experiencia nueva, una experiencia espiritual que te saque del mundo material en el que vives, y que al mismo tiempo te haga sentir vivo.

Hay una idea que traes de ayudar a los demás… ¿Eso es lo que te impulsó a exponer las dos obras aquí en la Casa de la Cultura?
Sí y no, de esta exposición en Vorágine, que se llama Dioses de la pareidolia, es una recopilación de datos y de estudios de información tanto filosófica como histórica en una combinación con diferentes disciplinas y ciencias. En la universidad enseñan a pintar, a esculpir, pero te enseñan a que hay que combinarlo con otras ciencias, eso básicamente se me dificultaba. Siempre he dicho que el arte es para el placer, para que disfrutes, eso era uno de mis primeros puntos.

En todos mis viajes yo muestro mis obras, a través de la fotografía en un celular y qué te gusta, tres segundos y a la próxima. Y no sé, quizás a alguien le gusta una obra mucho o le impacta, como un médico que se impactó y lloró de ver una de mis obras en las que quería representar un divorcio y le pegó porque él se estaba divorciando, pero no te la compraría, me dijo, porque me hace sentir cosas que no quiero recordar. Lo hizo sentir vivo recordando algo triste. Quizás duramos viendo la obra de diez a quince minutos, pero en general todas las obras las pasaban rápido. Había una pintura que me costó meses hacerla y en segundos la pasaban. Esa fue una de las cosas que yo vi que la tecnología nos deja, que todo pasa muy rápido, sin análisis.

Dios Marte. Obra de Juan Carlos Pérez Martínez. Foto cortesía del artista.

Y eso fue uno de mis segundos puntos que yo quise trabajar, cómo hago para que la gente vea por más tiempo mi obra y no se me ocurría nada, hasta que un día estando en clase vimos varios videos y en una de las imágenes había una en la que el artista pintaba frases del internet y la gente se queda mirando, estaba leyendo, y dije mira él ya logró lo que yo no puedo lograr. Seguí pensando y como manejaba, siempre me han gustado las nubes y Adriana y yo íbamos viendo cosas y yo le decía es que veo un perro y ella me decía es qué estás enojado con algún amigo y sí, me había enojado con alguien del salón, ella entonces me decía lo que significaba lo que yo veía en las nubes, entonces así fue como más o menos fue surgiendo la idea. Allí me planteé, cómo puedo hacer una pintura que tenga miles de cosas, pero que no existan, pues fue una investigación muy larga hasta que finalmente llegué a esto.

La exposición que inicio todo fue Ángeles del inconsciente, y Dioses de la pareidolia, la que está aquí, es una evolución. Aparte de esa facultad tiene ilusión óptica. Entonces, si una persona llamada Damien Hirts puede vender un cuadro en blanco en un millón de dólares, yo creo que las mías pueden llegar a mover tapetes en el mercado del arte. No es una obra común y corriente.

Creo que son dos cosas, una darle el valor de mercado y esas son cosas del mercado y otra es darle un sentido de disfrute y sanar personas como tú lo planteas…
Pues no sé si sanar personas, pero tú ya lo viviste. Creo que más bien la fuerza se la va a dar la gente, la comercialización se la va a dar la gente, no se la va a dar el mercado. Esa es la diferencia, en el momento en que la gente me dice oye quiero ver tu cuadro ¿puedo ir a su casa? Cómo no, y llega la gente y se quedan viendo una obra mía hasta tres horas, yo creo que podemos romper un récord Guinness, podemos plantearlo, esa es una cosa que ya se logró, que la gente vea la obra por más de tres segundos.

¿Qué quieres lograr? Porque veo que en principio tu arte requiere de un asesor que esté allí, ¿cómo piensas continuar con la idea de que permanezcan tres horas allí, pero sin un asesor que les interprete lo que están viendo?
Esa pregunta es muy interesante, de hecho por eso quiero la maestría. Hablé con el encargado de la maestría de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, el maestro Francisco Javier Fernández Martínez. Le dije lo que yo necesito son psicólogos que hagan la interpretación de imágenes o de sueños. Me dijo sí tenemos un departamento y podemos conjugarlo, suena muy interesante tu proyecto, pero ahorita la maestría se cerró. Está bien, porque por un lado me da tiempo de terminar mi tesis y plantear que una persona ajena, que tenga una especialidad, lo pueda hacer, sin embargo la obra está planteada para que cualquier persona lo pueda hacer.

¿Qué esperas de una persona que está tres horas observando tu obra?
La obra en sí está realizada para ayudar, está pensado para que tú te des cuenta de una situación que estás arrastrando, y cuando te haces consciente de ella ves la vida de otra manera.

¿Déjame regresar a este asunto de conquistar el mundo, qué diferencia hay entre lo banal y conquistar el mundo?
Yo lo digo en el sentido de que mi obra trascienda a nivel mundial. A lo mejor muchos piensan en Napoleón, en guerras, matanzas, quítate de ahí que hay te voy, este es mi lugar, no, no, no, la obra va a conquistar el mundo solita. Quizás me desplace a mí por la importancia que tiene, quizás alguien va decir véndeme tu obra y la va tener en su consultorio y yo ya no voy a estar con Adriana apoyando en la interpretación, él sólo lo va a hacer. Quizás ni siquiera yo voy a hacer las pinturas, otros van a decir éste le hace así, va a traducir la pintura, la va a hacer y la va a vender. Esa es una forma de conquistar el mundo y no estoy ganando dinero, pero eso ya es trascendencia, eso ya me coloca como la primera persona que lo hizo, que además según lo que yo sé, no hay nadie más en el mundo que haga lo que yo estoy haciendo.

Descríbeme tu método, el método celidiano…
Consiste en que vean la obra, la gente empieza a ver figuras, cosas que no existen en la obra, yo no las pinté, utilice una técnica que fui desarrollando poco a poco para permitir que se generen esas imágenes y luego se interpreta el significado de las figuras que percibe.

Adriana Ayala, apoyo e inspiración de Juan Carlos Pérez.

¿Para qué sirve el método celidiano?
Para hacerte consciente de tus pensamientos que no están en tu mente en ese momento, sino que los traes de tiempo atrás, posiblemente reprimidos. Te voy a comentar la experiencia en la Casa de la Cultura de El Llano que dirige Omar Swain, una niña vio en mi obra una vela, y corriendo le hablé a Adriana para que me dijera qué significaba eso, y me comentó que una esperanza y eso le dije a la niña. Sigue viendo y ve otra vela y mi comentario fue que tenía mucha esperanza. Le pregunté qué es lo que más quieres y su respuesta fue que quería que su papá estuviera con ella. Su papá está trabajando en Estados Unidos, entonces es sorprendente lo que encuentras al hablar con el inconsciente. Quizá sea un poco difícil de explicar porque no soy psicólogo, aunque la idea surgió de Sigmund Freud, por eso invito a las personas a que vean mi obra y lo experimenten.


findesemana.ags@gmail.com

Comentarios

  1. Muchas gracias por sus obras, su servicio, su ejemplo. Es cierto que a través de sus obras muchos hemos podido conocer más nuestro interior y descubrirnos aún más, o bien,entender cosas que nos dejan enseñanza en nuestra vida espiritual, social, sentimental. Muchas felicidades. Y mil gracias. A todo el público en general le recomiendo estás obras y también el estudio que podemos recibir a través de ellas, su valor es simbólico a comparacion de las muchas bendiciones que se reciben a través de ellas. Es una oportunidad super especial. ! Atrévete a vivirla!

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