Busco un gestor porque yo no sé vender mi obra: Mario Orozco


Por Jorge Luis Heredia

Tiene 27. En agosto cumple 28. Algo tiene. Allí de pie, de negro y sus lentes redondos colgados a la playera. Algo tiene. Mario Orozco se atrevió a dejar la prepa un día para viajar sin más a París a vivir la vida, con esa ansia que se da antes de los veinte con la que muchos quieren comerse al mundo. Sí, no todos tienen ni el ansia ni la garra que se necesita para salir del cascarón. Mario lo hizo. Abrió una puerta que, sin saberlo, o sabiéndolo, le permitió entrar a una dimensión del arte de la fotografía en la que está metido hasta el tuétano.

Mario Orozco. Los accidentes que lo llevaron al arte. Foto: Fin de Semana.

No, no sé si en diez años siga en este camino. En veinte. Ni si sus ansias lo sigan llevando a descubrir nuevas fronteras, pero hoy presenta al mundo su Temperatura ambiente. Es obra que hace a base de ansias, pero inequívocamente de paciencia. Es, creo, egoísta. Hace una escultura o cuasi escultura, le busca el ángulo que a él más le gusta, que más le interesa y sólo ese ángulo aparece en la fotografía que finalmente deja para la historia y que, hoy, trae a la galería El Obraje en el centro de la Ciudad.

Guillermo Saucedo, titular de El Obraje va y viene. Ya está la música. El tequila. El vino. Los bocadillos. La gente se amontona a la entrada. Guillermo saluda. Sonríe. Sabe que esta iniciativa para dar un espacio a los artistas jóvenes, en la que puedan vender su obra, es un importante proyecto del ICA que debe nacer con el pie derecho. Se acerca Andrés Vázquez Gloria para apadrinar esta exposición de Mario Orozco, se acerca Alejandro Zúñiga y en un acto inesperado, en que la familia de Mario detendría el listón para que los funcionarios y artistas lo cortaran, cambia y es justamente Zúñiga y Vázquez Gloria quienes sujetan el listón mientras los familiares y el artista lo cortan. Un honor inesperado con el que inicia esta aventura, que intenta dar una vitrina a la obra artística de los jóvenes de Aguascalientes que buscan acercarse al gran público.

Fin de Semana, la voz cultural de Aguascalientes, le solicita una entrevista y accede de buena gana. Aquí las palabras de Mario Orozco.

Dijiste algo que me llamó la atención ahorita que hiciste la presentación, que qué bueno que apoyen a los artistas en el inicio, porque cuando ya tienen prestigio, el apoyo es en automático…
Parece ser.

Ayúdame a entender.
Yo al menos de lo que veo, hablando de grandes ligas, y no, no en automático, porque mientras sigas trabajando… Yo por lo que veo, al menos en el fenómeno ya grande del arte, los artistas, y no es que yo pretenda lograr, terminan siendo una marca. Yo pienso que lo importante es no perder el motor inicial que es el crear, pero sí creo que hay muchos factores que son ambientales, casi, para que un artista, vamos, no sólo el trabajo y el talento, sino que el factor ambiental sí influye.

¿El factor ambiental?
Es decir, como tú contexto, por ejemplo yo soy Mario Orozco, estoy en Aguascalientes, soy hombre, mi género, mi edad y hasta mi posición económica termina influyendo un poco para que de hecho te conozcan, vamos hay muchos accidentes que también cuentan, no todo es necesariamente, digamos todo lo que controlamos en la práctica, también está lo que no. Y a lo que me refería es que ya más adelante cuando por la razón que sea consigues ser visto y consigues cierto nombre, pues ya más gente te convoca. Yo lo que veo es que más que andar buscando, pues a los artistas ya consagrados los buscan. Bueno, yo trabajo en galerías chicas y es que bueno, las galerías grandes ni siquiera quieren ver tu trabajo, no les interesa ver tu trabajo…

¿Y cómo logras ser visto, llamar la atención como artista?
Pues al menos puedo hablar de mi experiencia… De nuevo retomo lo de los accidentes. Cuando yo tenía un proyecto completo, ni siquiera tenía donde presentarlo, la primera vez que hice como un proyecto, fue más bien porque yo tenía bocetadas muchas cosas y tuve un mecenas, un mecenas a quien quiero mucho y que no está aquí, él me financió el proyecto y yo no tenía ni siquiera donde mostrarlo. Ya lo tenía terminado y eventualmente guardado, y por azares del destino lo vio una ONG inglesa y me dicen “yo estoy buscando un artista que…” bla, bla, bla y esa fue la primera vez que yo tuve un espacio. De allí, yo creo que mi obra, bueno, es muy atractiva visualmente, yo busco esto, que la obra en una primera impresión, como que te atrape… Y ya luego tiene como las otras capas. Yo creo que la gente le gustan cosas que identifica.

Bueno, ya logras ser visto, y luego ¿cómo logras vender?
Eso sí todavía es menos concreto. Yo tengo clientes particulares… En este espacio en particular, sí hay venta, con precios publicados, pero muchas veces expones en un lugar y te buscan para preguntarte “cómo puedo comprar tu obra”, y la gente que compra muchas veces tiene amigos que compran. La gente que compra arte se mueve en cierto medio. Mi círculo de clientes que es pequeño, la mayoría son conocidos, uno compra porque conocen a un amigo que me compró. No hay como una metodología.

¿Y tienes que recurrir a la mercadotecnia para vender?
Bueno, lo que he hecho con mercadotecnia en esta exposición es por facebook…

¿Y facebook te puede dar la propaganda seria que tú necesitas para llegar a la venta?
No, en este caso no. En este caso fue porque realmente era del ICA (Instituto Cultural de Aguascalientes), hay una institución detrás. Yo no soy partidario de poner mi obra en digital, yo no tengo Instagram, por ejemplo, porque para mí finalmente es importante esto… Yo la verdad no soy bueno para vender. Yo vendo porque me piden…, no, yo soy el peor y lo que busco es un gestor porque yo no sé vender mi obra, no puedo venderla. Todo lo he hecho es por la misma inercia de las cosas. Primero me llaman, luego conocen mi trabajo. Memo (José Guillermo Saucedo) me conoció cuando él estaba en casa Terán, me invita a vender en la subasta y vendo en la subasta, pero decirte cómo vendo, yo no he hecho nada, vamos, yo no he hecho nada, y no es porque no quiera, porque no sé, no soy buen vendedor.

Para tratar de entender dime, ¿cómo llegaste a ser fotógrafo? Y luego, ¿cuánto tiempo le piensas dedicar a esto?
A la fotografía llegué desde muy chico. Me gustaba mucho la fotografía y me regalaron una cámara a los nueve años. Ya cómo terminé haciéndolo con una línea más artística, fue también por accidente, porque yo estuve de viaje como año y medio. De la prepa me fui a trabajar y a vagar a Francia y yo tomaba fotos, totalmente amateur, sólo para mí, como me gusta tanto la imagen, tomé tantas, que cuando llegué a México una amiga mía me dice “oye, véndeme una foto”… Allí empezó como la espinita. Luego estudié antropología en Veracruz y empecé a vender esas fotos que tenía montadas, las empecé a vender en la calle, iba a los carteles y a los bares y las vendía. Un día caigo en la mesa de un escultor, me dice “tú qué chingaos haces aquí, tus fotos están muy bonitas”. “Tengo hambre, ¿no?” Y me llevó a una galería y allí empecé, pues yo me salgo de la escuela porque conozco un mecenas, bueno uno de mis primeros clientes es un editor, le gustaba mucho mi trabajo yo tenía proyectos más plásticos… Y ahí empezó, ¿cuánto tiempo quiero dedicarle? Toda mi vida. No sirvo para muchas otras cosas, no porque no pueda a nivel capacidades, pero sí a nivel práctico, tengo mucha ansiedad, entonces no funcionan cosas de mucha rutina… No, no me lo planteado, con tiempo pienso hacerlo.

¿Pero has pensado en hacer otra cosa?
No, no…

¿Y qué te causa esa ansiedad?
Pienso que… No pues ya son fibras muy sensibles. No, yo creo que es una condición… De chico he vivido con mucha hiperactividad, nunca pude estar encerrado, nunca pude, y no solo encierro físico, sino del encierro de alguna institución, esto me causa inquietud. Sí me procuro poner un horario…

No harías tornillos… Una fábrica de tornillos te mataría…
Es probable. No lo he pensado.

¿Y el arte te deja económicamente para vivir?
Doy clases. No vivo al cien por ciento de esto. Doy clases de francés. No me da esto lo suficiente. Trabajo con calma y se va dando. Tampoco puedo decir que me he movido tanto y que no me da. Afortunadamente dar clases de francés me mantiene mis gastos un poquito.

Desde tu perspectiva, tú que has estado en otros lugares ¿tiene voz la cultura en Aguascalientes?
¿En qué sentido tiene voz?

¿Representa algo, dice algo el arte en Aguascalientes?
En Aguascalientes talento hay mucho. Creo que de algunos años para acá sí ha habido mucho más impulso al arte, sobre todo desde la administración municipal, donde he trabajado mucho con Alex (Alejandro Vázquez Zúñiga), yo creo que sí hay cada vez más interés de la gente, yo creo.

Mario Orozco, a "temperatura ambiente". Foto: Fin de Semana.

¿Pero entonces sí tiene voz?
Yo creo que está más en vías de construirla… Yo creo que tiene voz, aquí está. He presentado mi trabajo en otras partes y he visto artistas de Aguascalientes y de otras partes, sí…

¿Te consideras de Aguascalientes?
Sí, crecí aquí.

¿Qué te arraiga aquí?
Mis afectos, mi gente… Cada vez que me he ido y me he ido muchas veces,…la gente que quiero está aquí, la gente que me quiere está aquí.

Estás por llegar a los 30, ¿cómo te ves en doce años, cuando tengas 40?
No pienso tanto a futuro...

¿Y si pensaras…?
¿A los 40? No falta tanto, yo creo que seguiría haciendo esto. Idealmente sí.

¿Y cuál sería tu obra cumbre, qué es lo que imaginas que algún día logres hacer que te cause tanto placer a ti como a los que la vean?
No pienso en una obra cumbre…, me gustaría mucho trabajar en calle. Ya lo hice una vez. Me gusta mucho la idea de que te tropieces con algo que te dice que es para todos, no para los que vienen a una galería, no para los que vienen a un museo, me gustaría estar en la calle.

No es tan complicado, ¿o sí?
Al menos para lo que yo he planeado hacer sí, porque necesito espacio y necesito dinero. Y lo he hecho, pero con respaldo institucional. Sí se puede y lo voy a hacer eventualmente.

findesemana.ags@gmail.com

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