¿A quién le importa la igualdad de exhibición del cine mexicano?
Noches
de Julio del cineasta Axel Muñoz Barba
Por Jorge Luis Heredia
Volvió a pasar. En la ciudad
del no pasa nada, volvió a pasar. El director de cine Axel Muñoz Barba vino a su
Aguascalientes, con todo y elenco, a presentar su ópera prima Noches de Julio, una película de 78
minutos que se exhibió en el teatro Leal y Romero de la Casa de la Cultura, sí,
por extraño que parezca fue en la casa de la cultura y no, como algunos lo
hubiéramos deseado, en la sala VIP de Cinépolis Altaria, o en Cinépolis Sur,
digo, sobran salas, sí, sobran, pero no para el cine mexicano que tiene que
buscar “donde se pueda” porque parece que a nadie le importa la igualdad de
exhibición del cine mexicano.
El director de cine Axel Muñoz Barba con su película Noches de Julio en Aguascalientes. Foto: Fin de Semana |
“Es una cuestión de
regulación”, dice Axel a Fin de Semana, la voz cultural de Aguascalientes. Y me viene a la
cabeza que por ejemplo los alemanes no dejaron entrar a Wal-Mart a su país porque
afectaba a su comercio, o que tampoco dejaron entrar a Uber porque afectaba a
sus taxistas. Existe, al fin y al cabo, una especie de conciencia, pero acá,
los legisladores que deberían dedicarse a proteger y ayudar a su gente, están
más preocupados por hacer amarres para que un gobernador sobreviva a los
embates de la cargada.
Y entonces el cine mexicano
parece condenado a vivir en la marginalidad. “Lo marginal es que no hay condiciones de exhibición equitativa para el
cine mexicano, dice Axel. ¿En cuántas salas de los complejos de cine encuentras
tú películas mexicanas y en cuántas salas está repetida la misma película
gringa?”. Bueno, como diría un viejo profesor, esos son los hechos, no lo
que se quiere, no lo que se sueña, sino los hechos. Vaya a cualquier plaza de
Cinépolis y verá Alfa, Megalodón o La Monja en todos los centros comerciales: Velaria Mall, Espacio,
Altaria, Vip Altaria, Cínépolis Sur y Cinépolis Aguascalientes, pero cine
mexicano…
Que quede claro, le toca a “los reguladores”, a los diputados pues
crear las condiciones para que se exhiba el cine mexicano, pero el run run dice que es posible que de la
Cámara de Diputados desaparezcan las comisiones de cultura, para ahorrar dinero.
Pero bueno, hoy por hoy queda disfrutar cine mexicano en la Casa de la Cultura
y la historia que nos presenta Axel está de película. Es un retrato moderno,
contemporáneo, actual y crudo de la soledad, del voyerismo facebuquero. Julio,
trabajador de una tintorería, es capaz de entrar a las casas de personas que
por alguna razón le interesan en su vida.
De hecho, es como un facebook
real. Julio puede entrar hasta la cocina de los demás, es experto en abrir
puertas, ventanas y no va a robar, ese no es su objetivo, más bien se trata de
un vouyerista que a toda costa busca poner fin a su soledad, pero sin
comprometerse. Ese es el tema de Axel en la película, esa falta de compromiso
de las generaciones facebusqueras… Hasta que Mara entra en el terreno de Julio,
con las mismas estrategias, entrar hasta el último rincón de los espacios de
Julio, justo para encontrarse.
Es una historia de amor,
bien narrada, que mantiene a los espectadores al filo de las butacas para saber
qué va a pasar con la solitaria vida de Julio y de Mara. Es como aquella
canción que le encantaba a mis tíos, Hipocresía,
que cantaban Los Ángeles Negros o Los Pasteles Verdes y que decía “morir de sed habiendo tanta agua”. Y
aquí, morir de soledad habiendo tanta, pero tanta gente y tanta comunicación. Un
hitazo de Axel Muñoz con un guion intenso y vivo de la zacatecana Claudia Garibaldi
Toledo. Quisiera poder decir que pronto estará en salas para que vaya a verla,
pero no tengo ni idea de dónde se presentará y por ahora los diputados en lo
que menos piensan es en la igualdad para la exhibición del cine mexicano.
findesemana.ags@gmail.com
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