Este siglo nos ha malacostumbrado a ser rutinarios y cómodos: Iván López Reynoso (II de II)

Entrevista exclusiva con el director del tercer concierto de la OSA

  • La solución de públicos es quitarle la etiqueta al concierto sinfónico, o la función de teatro de que hay que ir de traje, de que hay que entenderle, de que hay que ser de no ser qué estrato social para poder ir a un concierto
  • Sueno como un anti siglo veintiuno, pero no lo soy. Soy anti comodidad, soy anti sedentarismo, yo creo que la tecnología la podemos usar a nuestro favor, pero nos quita mucho tiempo, no nos da la vida suficiente tiempo para hacer todo lo que queremos hacer, tenemos que trabajar más y el dinero no alcanza, entonces hay que tener doble o triple trabajo


Por Jorge Luis Heredia

¿Qué haces para que la gente vaya a un concierto? ¿Qué magia le pones para que la gente deje whatsapp, facebook, y decidan comer un platillo elaborado de música, no una hamburguesa de McDonald’s…? ¿Qué magia le pones o qué magia inventas?
Yo lo hice durante mi gestión en la Ofunam, como director asistente, porque no puedo estar más acuerdo contigo en que lo que se estanca se olvida. Yo recuerdo mucho un libro que se llama Quien se ha llevado ni queso, que habla de dos ratones que están en un laberinto. Están acostumbrados a que encuentran el queso siempre en lugar y un día ya no está allí, uno de ellos se mueve y lo busca. El otro no. Obviamente el que sobrevive es aquel que se mueve y busca y que está en constante movimiento. La solución de públicos es quitarle la etiqueta al concierto sinfónico, o la función de teatro de que hay que ir de traje, de que hay que entenderle, de que hay que ser de no ser qué estrato social para poder ir a un concierto, de que hay que comportarse de cierta manera en la sala de conciertos, yo creo que esa es la peor etiqueta que le hayamos podido haber hecho a la música clásica, porque me importa si vas de jeans a un concierto, si entiendes o no a la música, lo importante es tener curiosidad y hacerlo. Y esa sí es una decisión personal .Yo creo que hemos perdido curiosidad y la curiosidad mató al gato, dicen, pero yo no estoy de acuerdo, yo creo que entre más curioso es el humano, en una cuestión de búsqueda, de información y de crecimiento, la información nunca va a estar de más.

Necesitamos gente joven en la sala de conciertos. ¿Cómo lo vamos a lograr? Íbamos nosotros, la Ofunam, a tocar en las escuelas. Lo primero que hay que hacer es sacar a la música de la sala de conciertos, entonces vamos a tocar a las prepas, a las universidades, en conciertos gratuitos que se llenaban de gente. Entonces les decíamos, nosotros ya vinimos a tocar aquí con ustedes, ahora vengan ustedes a la sala Nezahualcóyotl escuchar a la orquesta. Hicimos conciertos de música para niños, porque fundamental que los niños desde temprana edad se empiecen a acercar a la música, hicimos muchos conciertos para niños, yo hice Cri Cri, Pedro y el Lobo, Cuentos Sinfónicos, hice también un concierto de Natalia Lafourcade con la Ofunam, hice un concierto de Eugenia León con la Eduardo Mata, uno de la Sonora Santanera con la Ofunam y es la forma de llamar a otro público a la sala de conciertos. Eugenia León tiene su público y la Eduardo Mata tiene el suyo y entonces cuando se encuentran hay muchísimo éxito y la gente va a la Neza, y dije mira qué bien suena, y dicen “el día de mañana voy a vivir a un concierto”.

Pero por más que uno haga, y por más que uno proponga, porque desde luego en ese sentido la tecnología es muy buena, ayuda estar informados constantemente de lo que pasa, no tiene uno que ir al teatro para ver qué se va presentar, lees el facebook de la orquesta y sabes cuál es el programa de este fin semana y de esa manera se pueden enterar de lo que hay y perderle el miedo. Yo siempre digo que lo peor que les puede pasar es que les encante, porque persona que ha ido a una sala de conciertos, por lo menos me lo han dicho a mí, “no sé por qué me tardé tanto en hacerlo”. Y es muy cierto que no hay como la música en vivo, por mucho que tú te pongas los audífonos en tu casa y escuches un disco, no va a ser igual atender a los músicos allí, tocando en vivo para ti. Es una experiencia incomparable.

Iván López Reynoso. Director de Orquesta. (Foto: ICA)

¿Eso que mencionas como una depresión de la esperanza, es igual para México que para Alemania, tu nueva casa?
Sí, sí lo es. Y yo lo veo en el teatro donde trabajo, digo, el teatro donde trabajo es una máquina porque tenemos que hacer cientos de funciones al año y hay ópera, ballet, teatro, temporada sinfónica, lo hay todo y Braunschweig es una ciudad no demasiado grande, no es una metrópoli, pero lo veo porque de repente una función de Don Carlo, te acercas al público y ves pura cabeza blanca, no hay relevo generacional, no solamente pasa aquí, pasa en Alemania, y pasa en todo el mundo, y lejos de ser una cosa positiva es una cosa negativa. Y yo también entiendo porque a mí me ha pasado, que de repente un joven estudia y está todo el día en la escuela y cuando tiene tiempo libre lo que quiere es ir al parque, al cine, pero yo creo que también ir al teatro debería ser una opción. Porque sí es una experiencia liberadora. A mí me gusta muchísimo ir a los conciertos, o a la ópera, o al teatro. Te desconectas. Es como una bocanada de aire fresco. Hay que seguir pensando alternativas… y tiene mucho que ver el uso que les demos a las redes sociales, por medio de las cuales hay que llegar de la juventud, esto que se ha convertido en algo muy importante para los jóvenes y de repente lo cibernético es más importante que la vida real.

Tú has tenido un éxito notorio, no has entrado a los treintas y ya tienes un reconocimiento en varias partes del mundo, dime ¿qué elementos son los necesarios para tener éxito en la música y pasar a un nivel en el que ya no te importa la nacionalidad y puedes trabajar en cualquier parte del mundo?
Yo creo que tiene mucho que ver con la disciplina que uno le imprima a su trabajo. La música es la más celosa de las novias que un artista va tener en su vida. En el minuto en el que la descuidas te va a cobrar la factura, muy grave. Requiere de una gran atención, y de una gran entrega. Yo por ejemplo cuando estoy dirigiendo un programa, los ensayos suelen ser en la mañana pero yo la tarde no dejó de estudiar, no dejo de repasar lo que necesito, lo que voy a pedir al día siguiente, la manera de trabajar. Sueno como un anti siglo veintiuno, pero no lo soy. Soy anti comodidad, soy anti sedentarismo, yo creo que la tecnología la podemos usar a nuestro favor, pero nos quita mucho tiempo, porque también estamos saturados de cosas que hacer, no nos da la vida, no nos da la vida suficiente tiempo para hacer todo lo que queremos hacer, tenemos que trabajar más y el dinero no alcanza, entonces hay que tener doble o triple trabajo. Y ya desde los jóvenes que están estudiando música está buscando ganar dinero, y todos son factores que distraen… Yo creo que lo importante es tener mucha disciplina y ser tenaz.

Yo les dije hace unos días en la escuela superior de música. Me preguntaban, maestro, “¿qué hay que hacer para no vivir amargado como artista?” Yo les dije tres cosas. Primero, la unión hace la fuerza. Somos especialistas en separarnos de los demás y en buscarlo todo por nuestra propia cuenta. Y el artista depende de los demás, entonces nunca dejar de aprender, ir a ensayos. Mi segundo consejo fue que no se tomen nada personal, porque en esta carrera muchas cosas no dependen de nosotros, que si a fulanito ya le dieron plaza en una orquesta, que a cierta soprano ya le dieron el rol y no a mí, pues eso va a pasar mucho y si nos quedamos pensando porque a él sí y a mí no, pues vamos a vivir a amargados y frustrados. Y la tercera tiene que ver con eso, no creer que lo merecemos todo, no creer que estamos listos para nada. Yo tengo muchos amigos cantantes que están esperando que les marquen a su casa para contratarlos, eso no va a pasar, tienen que luchar y buscar la manera de hacer música y seguir. Y tiene que ver con lo mismo, no estacionarse, no estancarse, salir de la zona de confort, decidirse y tomar riesgos. Creo que es lo más importante de esta profesión.

Talento creo que sí hay, pero, ¿ves en Aguascalientes jóvenes que cumplan con esos tres requisitos que mencionas?
Sí, sí lo veo. Es muy gratificante venir aquí y yo creo y lo he dicho, que los hidrocálidos no se imaginan lo afortunados que son, de tener la orquesta que tienen, de tener los músicos que tienen, de tener el talento que tienen. Yo creo que Aguascalientes no se lo ha creído. Esa es mi sensación. Y lo veo con la orquesta. Es que, maestros, tienen que saber lo buenos que son. Porque te lo digo con toda sinceridad, no hay muchas orquestas así en el país. Una orquesta que logre en un día lo que logré yo con ellos en un ensayo, no se ve muy frecuentemente. Tiene qué ver con la gran empatía que tenemos la orquesta y yo. Pero también tiene qué ver con la gran calidad de la orquesta, y yo creo que no nos ha caído el veinte aquí, de lo buena que es nuestra orquesta, de la fortuna de tener una orquesta así. La orquesta misma no se la cree. El público no se lo cree. Yo creo que tenemos que impulsar eso, darnos cuenta del gran tesoro artístico que hay en Aguascalientes. Es un estado generosísimo, es una de las ciudades en las que más he disfrutado estar porque, como decía hace rato, es como si el tiempo no hubiera pasado. Es como si le hubieran puesto pausa a Aguascalientes. Y eso es bueno, porque justamente está en contra de todo lo que te comentaba. En Aguascalientes se respira una tranquilidad que yo no percibo en ningún otro lugar.

¿Ni en tu tierra?
Ni en mi tierra.

Iván, ¿qué esperas de concierto o fin de semana? ¿Qué esperas del público y qué esperas de los músicos?
Estoy muy contento de estar de vuelta, y de encontrarme a la orquesta en estado de excelencia. Yo creo que le ha hecho bien a la orquesta la dirección artística del maestro José Areán, porque yo los siento un grupo privilegiado. Yo siempre tengo muy altas las expectativas cuando vengo a trabajar a México, porque ahora con mayor razón, es tan breve para mí, estoy tan poquito tiempo aquí, y quiero hacer muchas cosas y aprovecharlo todo al máximo. En el concierto del viernes, lo que puedo asegurar es que lo voy a disfrutar enormemente, la orquesta también, por ende, todos lo van a disfrutar con nosotros, porque eso es lo que vamos nosotros a trasmitir. Yo quisiera que se quitaran el miedo de asistir a un concierto, que disfruten de la magnífica orquesta que tienen aquí, de lo barato que es entrar a un concierto de la OSA, y la verdad el programa de este fin de semana es maravilloso. Grandes piezas, excepcionales, un festín orquestal. Son tres obras en las que el público va a ver de qué está hecha su orquesta.

Hay una pregunta que no quiero quedármela Iván, tú que has tenido experiencia con muchas orquestas, ¿en alguna te ha ocurrido que te digan “tú hazle como que diriges y nosotros nos encargamos de tocar”?
No, eso nunca. Sí hay orquestas con las que he tenido menos empatía y orquestas a las que yo he decidido que no voy a volver a ir, porque no ha sido una experiencia satisfactoria sino desgastante. Pero no, eso que me mencionas tú, nunca me ha pasado. Claro que me ha pasado tener semanas difíciles y me ha pasado que nomás no logras lo que estás buscando, que no te das a entender o que la orquesta no percibe lo que estoy buscando, me ha pasado, claro que me ha pasado, pero normalmente lo atribuyo a otros factores, no necesariamente al musical. Hay orquestas, no necesito decir nombres, pero hay orquestas que viven en la apatía absoluta y total. Pero bueno, justamente si te fijas, ahora que tengo tan poquito tiempo, vengo a dirigir sólo las orquestas que quiero dirigir, que me gusta dirigir, Ofunam, Aguascalientes, voy a ir a Guanajuato, voy a estar de nuevo con Ofunam y son realmente las orquestas más importantes en mi carrera, la Ofunam y la Sinfónica de Aguascalientes, las orquestas que más me han dado, que más generosas han sido conmigo, de las que he aprendido y también a las orquestas que más siento yo que he podido aportar algo. Entonces, yo me quedo con esas experiencias, yo creo que son las que más valen la pena. Las experiencias negativas claro que las vamos a tener, además somos seres humanos y uno nunca sabe cuándo está dirigiendo un ensayo, si al segundo violín se le descompuso el boiler y se le arruinó su casa, de todas maneras tiene que ensayar. Si a uno de los violinistas le internaron a un familiar, entonces no está en el mundo adecuado, somos seres humanos y el director tiene que lidiar con seres humanos. Es el gran reto de mi trabajo. Hay que comulgar todos a un bien mayor, a la música. Y sí es una especie de religión la música, hay que serle devoto y hay que tenerle mucho respeto.

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