Se organiza la sociedad civil… por el arte

Por Jorge Luis Heredia

Posada ha muerto. En Aguascalientes, José Guadalupe Posada ha muerto. Juan Manuel Vizcaíno no tiene dudas y su mirada inquisitiva observa, sin embargo, cómo Aguascalientes sigue enferma de Saturnitis aguda y, lo peor, no sabe que está enferma. Parece una lucha de Vizcaíno contra Goliat para demostrar lo obvio, que ya vivimos en 2018, que hay nuevos y muy valiosos artistas de gran calado y, sobre todo, trascendentes, y que ya no podemos ni debemos vivir del pasado ni de la cultura importada.

Reúne Margarita Benavides asociaciones civiles por el arte y a cultura de Aguascalientes. Foto: Fin de Semana

Y ni cómo decirlo en mejor momento, justo hoy que la reconocida chelista Margarita Benavides diversifica sus actividades. Utiliza para ello un poderoso y moderno equipo llamado Asociación Interdisciplinaria para el Desarrollo de Arte y Cultura, parece que se dio cuenta que Aguascalientes no sanará si se sienta a esperar los recursos del gobierno para dinamizar y acrecentar el arte y la cultura.

La sede de la reunión es el Museo Escárcega, donde se genera una reflexión profunda y seria sobre La influencia de las organizaciones de la sociedad civil en el Desarrollo Artístico y Cultural de Aguascalientes. Margarita con sus seguidores, el pianista Aarón Jaimez, el músico y gestor cultural Anuar Reyes y la Maestra Rosy Hernández, ya no está sola, ya no lucha sola. Y allí, en el Escárcega justamente, generan las condiciones para recibir a otros caminantes, cabezas de otras organizaciones civiles que hoy se descubren y se reconocen objetivos comunes.

¿La sociedad civil? Sí, la sociedad civil, ese potente motor. Víctor Sandoval fue un gran impulsor de la cultura, cierto, pero garbanzo de a libra desde las esferas gubernamentales. Ahora el gran poder se fragua en los modernos equipos llamados asociaciones civiles que, unidos, parecen no tener límites. Es cierto, algunas asociaciones padecen de recursos económicos, otras de conflictos ideológicos, otras de objetivos claros y unas más de cómo organizarse legalmente, pero las que participan en esta reunión tienen sólidas trayectorias en el campo del arte y la cultura como para presentarse y representarse a sí mismas y, en el mejor de los casos, salvadas las diferencias, para complementarse.

Adolfo Muñoz, presidente de Facultad, ha publicado libros, realiza cursos, seminarios y diplomados y, abiertamente, ofrece al resto de asociaciones la metodología para elaborar proyectos locales de trascendencia internacional. Eduardo Comte Villalobos, de la Fundación Amigos de la Historia de Aguascalientes, habla de doce videos elaborados por su organización, únicos sobre diversos aspectos de Aguascalientes y de la importancia de hacer lo correcto cuando las acciones del gobierno no correspondan con los intereses de la sociedad, “lo que, de seguro, dice, va a generar enemistades”. Riesgos, pues.

Erika Ortiz, con una gran trayectoria desde arriba de las cuerdas de las instituciones culturales gubernamentales, ve esta oportunidad como única para construir desde la sociedad civil y, Vizcaíno, presenta de manera clara una radiografía en la que se aprecia, libre de toda duda, que todavía vivimos en manos de las políticas culturales de importación, pero indudablemente, dice, “creemos en la producción artística local. Sí podemos producir nuestra propia cultura y dejar de importar, aunque veamos Netflix…”

Guadalupe Posada ha muerto y hoy, justamente, nace en Aguascalientes una nueva forma de abordar el arte y la cultura, a partir de las asociaciones civiles “organizadas”, sí, organizadas, una palabra que parecía ser, en México, de uso exclusivo del crimen, ahora forma parte del otro extremo, del arte y la cultura, al final, de personas que por muchos años se han dedicado a navegar solas y que hoy por hoy se abre una puerta, una oportunidad, para darle un nuevo rostro al arte y la cultura del Aguascalientes de hoy, no al pasado, sino al presente.

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