Julieta Gascón: con luz propia
Por Jorge Luis Heredia
Cuando veo a Julieta Gascón
Roque en el teatro Morelos, como parte de una compañía europea, no puedo pensar
más que en se lumen proferre, sí
Julieta es luz que proyecta con La derniére
danse de Brigitte. No sé si desde siempre, pero hoy Julieta ilumina a su
Aguascalientes, es una artista profesional con propuesta, con voz propia, pero
que indudablemente trae en sus raíces a La Columna de Aguascalientes con aquella
obra de hace ya casi diez años Llorando
soy feliz. En su pasado también se encuentra el sello de la compañía de
teatro Proscenio.
El último baile de Brigitte con luz propia en el teatro Morelos de Aguascalientes. (Foto: Fin de Semana) |
La veo en el escenario y
entusiasma cuando poco apoco suelta sus técnicas. Primero la danza. Inicia el
baile con José Antonio Puchades. Suave y firme, con tal energía que contagia,
bailan como si se tratara de un viejo video que se traba, como en sepia, como
en blanco y negro. El público aplaude sin dudarlo. Al juego de la danza le
agregan un títere, una mujer que bien parece la abuela en Coco o de plano con mucha imaginación, la abuela de ET. Las manos
de Julieta y de Puchades le dan vida, tanta que la energía de la danza se
transforma en sutiles movimientos de Brigitte, le dan vida, una vida que bebe
de los éxitos que ya fueron. Convencen. Enamoran.
Y le agregan objetos, como
ese corazón de Brigitte al que de repente hay que darle RCP. Y vuelve a
palpitar, solo para trasmitirnos un pasado que no ha muerto y que parece ser el
motor de Brigitte. Objetos, incluso dulces, dulces para la audiencia que pelea
por ellos y Brigitte gustosa de compartir, mientras que Julieta y Puchades le
agregan teatro al teatro. Sí, danza, títeres, objetos, teatro y siguen… con
mímica. Una pareja de baile que utiliza todos los recursos disponibles para
hacer magia.
Si vemos en perspectiva,
algo pasa en Aguacalientes. Viene Julieta Gascón Roque de Europa con una puesta
en escena que cautiva. Se forjó en Aguascalientes, así como su contemporáneo de
La Columna de Aguascalientes, Eduardo Orozco, quien recientemente vino de la
Ciudad de México con Asatia, una obra que además de recorrer la sinuosa e
intrépida capital del País, ha recorrido también algunos lugares de Europa, en
los que, me temo, está la mano de Julieta.
En la ciudad del no pasa
nada, que sí pasa, por supuesto, de bifurcan los caminos de personales que han
trascendido, no sé si por su talento, pero definitivamente sí por su entrega,
capacidad de aprender y disciplina. Estos personajes empiezan ya a trascender
las paredes del teatro y llegan a oídas de los congresistas locales, donde, por
ejemplo, Julieta fue propuesta para la medalla “José Guadalupe Posada” en 2016.
El imaginario de Aguascaliente se transforma y atrás, justo atrás de estas
transformaciones, están personajes que representan a nuevas generaciones que le
dan un nuevo rostro a la ciudad, mejor aún, un nuevo rostro a Aguascalientes.
La
derniére danse de Brigitte (El último baile de Brigitte) viene de
hechura europea, viene de hechura española, viene, en el fondo, de hechura
aquicalidense, aguscalentense, pues. Cierto, que en redes sociales ruedan ideas
de si este evento y otros deben ser gratuitos, porque ya están pagados por la
sociedad, dicen. No lo sé ni tengo la respuesta, pero de ser así, las
autopistas serían gratuitas en México, la gasolina, y no sé cuántos servicios
más. No, no sé si debiera ser gratuita, lo que sí sé es que algunos servicios
los paga la sociedad sin chistar, pero tratándose del arte, de la cultura, la
resistencia a pagar crece y los artistas viven de algo más que los aplausos. La derniére danse de Brigitte, de
acuerdo con algunos asistentes consultados, bien valió el pago del boleto.
findesemana.ags@gmail.com
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