Mi feminismo es una mujer que se dedica a ser feliz y otra que la apoya para que siga siendo feliz: Marcela Zárate (II de II)
Aurora Boreal publica la
primera novela de Marcela Zárate, Las
Conejas
- Soy una persona que vive lo más posible, que le gusta experimentar todo lo que le es posible, no quedarme con las ganas de absolutamente en nada
- Creo que lo mejor sería ser hegemónicos en pareja y llevar el mundo a mejores términos. No veo que una mujer tenga que ser presidenta para cambiar al mundo
Por Jorge Luis Heredia
Déjame
hacerte una pregunta complicada, o a lo mejor sólo es complicada en mi mente…
¿te enlodas las manos?
Me embarro, hay que
embarrarse, para escribir bien tienes que embarrarte. Ser como un antropólogo o
arqueólogo que va y se embarra. No puedes estar en un pedestal. El investigador
que esté en un pedestal, ya dejó de pensar en lo que es el humano y la literatura
es humana, entonces allí ya no puedes saltar a otro lado. Yo entrevisté
escritores cuando estaba escribiendo la disertación. No es que allí está tu librito, te voy a analizar,
no, porque también hay un atrás, porque hay un hueco entre las palabras donde
uno como académico debe embarrarse las manos e ir con el humano que esté
escribiendo ese texto.
Cumplida su misión del doctorado, Marcela Zárate escribe su obra literaria Las Conejas. (Foto: Fin de Semana) |
¿Qué encuentras en la literatura, por qué te acercas a ella? Estoy tratando de conciliar la parte científica con el arte.
Muchos académicos tienen una
vena de arte, ¿por qué?, porque tienes que acercarte al público, el público
espera algo. Hacer un ensayo no es tan sencillo, es, literalmente, como hacer
un cuento, tienes que entrar para tu lector y un ensayo que no atrapa a su
lector simplemente no te van a leer. Creo que son dos cosas que están a la par.
Bueno, ¿y a ti qué te pareció la obra?
Te
doy mi punto de vista, pero voy a lo siguiente. No sé hasta dónde eres una
artista que se protege con una máscara de científica…
No, no sé… Es que apenas lo
estoy experimentando. No había hecho ficción antes. Lo comentaba con alguien,
estudias cuatro años y medio letras hispánicas, después dos años de maestría,
cuatro años el doctorado… Quizás es un chip
que ya tengo bien metido en mí. Por ejemplo ahorita, estoy empezando revisar
escritoras dramáticas, y digo guau,
qué impresión, es ese diez por ciento, me asombra que me hagan sentir tanto y
después digo ya me hicieron sentir y ahora a estudiarlas desde el feminismo, desde
estudios poscoloniales, entonces empieza a entrar la académica con sus teorías.
O
hay dos Marcelas…
O quizás más, porque también
me gusta cocinar, entonces puede ser que haya más Marcelas. No sé cuántas haya,
pero sí creo que hay que ir descubriéndose uno mismo en el trayecto.
La
aliteratura es libertad, pero la academia no, ¿la academia sería como una
domesticación?
Creo que no, porque la
academia también se elige y no te puede domesticar algo que tú eliges. Te
domestica algo que tú no eliges. Si tú eliges por ejemplo ser una esposa
domesticada, entonces lo haces, pero lo haces por gusto.
¿Quién
eres, Marcela?
…Una persona que vive lo más
posible, que le gusta experimentar todo lo que le es posible, no quedarme con
las ganas de absolutamente en nada.
¿Y
qué tienes en el futuro por hacer que entiendo que no te vas a quedar con las
ganas de hacer?
Quizás ir a conocer la isla
que Elisa debió conocer.
¿Estuviste
en Fiyi?
No todavía, pero quizás… O
alguna otra es la cerca de Fiyi.
¿No
has estado allí entonces?
Nunca, ni en Japón, pero lo conocí
a través de la persona que le agrada tanto y que me hizo escribir el libro…, a
través de sus ojos.
¿Y
qué esperas de la gente que lee tu obra, que leerá tu obra?
Me gustaría sobretodo que
tenga la capacidad de dejarse llevar, como tú lo has dicho, no es como una
narrativa, no es algo lírico, pero es a la vez los dos. Entonces quiero que se
dejen llevar sin pensar, que se den la oportunidad, de que si necesitan hacer
algo para saltar como Las Conejas,
quizás lo deberían de intentar, lo que sea para ti saltar, si es saltar en tu
trabajo, salta, si es para adentro, para afuera, salta, como esa idea de no
quedarse con las ganas como te digo, y ojalá que la persona que lo lea no se
quede con las ganas de nada. Pero bueno, ahora dime qué te pareció a ti leer el
libro sin conocerme…
Yo
me imaginé a una niña un poco caprichosa, capaz de ir a Japón cuando se le
diera la gana, y a Seattle y llena de pensamiento mágico.
Bueno, sí, pero no por
capricho, sino porque me gusta. La persona que estuvo atrás del reciente
encuentro Dolores Castro fue Marcelas Zárate, porque me encanta, porque me
encanta que la gente comparta su punto de vista académico… Yo escuchaba las
ponencias y decía que bien escribe esta persona. Está la creación y tú cómo
académica recreas la creación a través de tus palabras y de tu entendimiento.
Por eso te digo que la academia no es tan cuadrada.
¿Eres
feminista?
Muy feminista, y me gusta
que las mujeres seamos feministas.
¿Qué
es feminismo?
Para mí el feminismo es ser
hermandad entre las mujeres. Si hay alguien que yo pueda echarle la mano, si es
mujer, pues órale. Vamos para arriba. Pero sobre todo, no sé qué ola soy de
feminismo, si soy posfeminista o qué. Me gusta de las mujeres hagan lo que
quieran hacer, porque a mí me dicen eres
feminista y tienes que mantener un hogar, o sea, es difícil, respeto mucho
las personas que lo hacen pero para mí sería complicadísimo. Algunas mujeres
han decidido dejar la academia y ser mamás y son muy felices. Y hay críticas que
dicen, dejó una carrera en la que podría
ser brillante, al final del día eres una mujer feliz y eso es lo que
importa, eso es mi feminismo, una mujer que se dedica a lo que quiere dedicarse
y es feliz y otra mujer que la apoya para que siga siendo feliz.
¿Entonces
no ves a las mujeres como la próxima hegemonía?
¿Por qué tiene que haber
sólo una hegemonía, qué tal si somos los hombres y las mujeres? Creo que sería
lo mejor en pareja ser hegemónicos y llevar el mundo a mejores términos. No veo
que una mujer tenga que ser presidenta para cambiar al mundo. Además, el mundo
se puede cambiar en tu casa, en tu comunidad, en incentivar a alguien de tu
familia a que luche, empoderar a las mujeres en el sentido de que puedan estar
igual al hombre, igualdad de género, no uno arriba y otro abajo. Tienes
oportunidad tú y tengo oportunidad yo. Tú como hombre puedes viajar, yo como mujer
también tengo el derecho a viajar, pero sin tener miedo de elementos de
violencia de género, por ejemplo. Quizás es más fácil que haya una violación a
una mujer que a un hombre. Las mujeres le pensamos más, no como un hombre que
puede salir a las tres de la mañana. Digo, tanto un hombre como una mujer me
pueden proteger. Nadie arriba, nadie abajo. Salarios iguales para todos, trabajos
iguales para todos. Y cosas de la casa, si yo cambio el pañal tú también, yo
puedo hacer un biberón tú lo puedes hacer, tú puedes hacer la comida, yo
también. No me toca, si lo hago es porque quiero invitarte a comer.
Tú,
que estuviste tras el encuentro Dolores Castro, ¿cómo ves la potencia de la
escritura literaria en las mujeres de Aguascalientes?
Por desgracia no conozco
muchas mujeres escritoras de Aguascalientes y lo que he leído es bastante poco.
Debe de haber más en algún lugar misterioso, debería haber más mujeres
escribiendo, pero algo de cierto, desde que me fui de Aguascalientes y regresé,
veo que la cultura ha declinado bastante, la cultura en el sentido de eventos
culturales y todo eso.
¿Cuánto
estuviste fuera?
Doce años.
¿Y
el indicador va para abajo?
Creo que sí, sobre todo en
literatura yo lo veo más hacia abajo. Se me hace extraño, creo que debería
estar para arriba el indicador, sobre todo pensando que ya puedes escribir como
en un blog, desde mini cuentos… Con todas esas herramientas debería haber
muchas más escritoras que estén saliendo en Aguascalientes y algo que me queda
claro es que algunas escritora son muy cerradas, yo soy artista, yo hago arte y me encierro en el mundo. Y a veces
creo que eso no ayuda demasiado a abrir más brecha de lo que es la escritora en
Aguascalientes.
¿Hacia
dónde va Aguascalientes como sociedad desde la perspectiva de una escritora y
académica?, o te lo pregunto de otra manera, ¿cuál es tu sueño de
Aguascalientes?
Yo creo que mi sueño de
Aguascalientes es que no haya tantas niñas embarazadas, que las personas de los
cruceros están por gusto y no por necesidad, que hubiera más inclusión de
género, que la cultura no fuera para élites… Cuando yo era niña recuerdo que la
casa de la cultura era un semillero de niños y ahora va uno a la casa de la
cultura y está sola. Tomé clases de pintura donde es ahora la Expo Plaza, era
un hervidero de niñas y ahora en la universidad de las artes no veo niñas
corriendo con tutus por todos lados, yo creo que a través del arte los niños
pueden encontrar ese diez por ciento de magia que quizás yo tengo y quizás
deshacerse de ese noventa por ciento que en mi caso lo disfruto, pero que
quizás muchos niños no, porque puede ser asfixiante.
Para
tratar de cerrar ayúdame, ¿que impide que Aguascalientes sea como lo sueñas?
Creo que la falta de
voluntad de las autoridades a que el arte vuelva a las aulas con los niños, que
con un cuento los enseñe a imaginar mundos y que con un dibujo los saques de su
mundo que a lo mejor es caótico, no sabemos qué está ocurriendo en su vida,
entonces creo que las autoridades, gobierno estatal y municipal deberían
ponerse mucho más las pilas. Yo crecí en el arte, quizás no tanto en mi casa,
pero tuve la oportunidad de salir a la casa de la cultura y de que allí me
enseñaran ese diez por ciento que ahora me hace crear un poco de ficción. A un
niño llévale diez por ciento cuando te dice fui
a visitar a mi padre al Cereso el fin de semana y tú le llevas ese diez por
ciento de su semana, en donde le cuentas sobre algo artístico, puede ser que
vea que hay otros mundos posibles y creer que si salta de ese mundo que a su
Papá lo llevó al Cereso, quizás si salta, lo puede llevar a otro lugar… Creo
que eso falta en Aguascalientes para hacerlo un lugar ideal.
findesemana.ags@gmail.com
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