Este siglo nos ha malacostumbrado a ser rutinarios y cómodos: Iván López Reynoso (I de II)
Entrevista exclusiva con el director
del tercer concierto de la OSA
- Hay que tenerle mucha paciencia a la música, la música es todo lo contrario a lo que es el whatsapp, al facebook, que es inmediato. La música es todo, menos inmediato, necesita tiempo de cocción, es como un platillo a fuego lento
- Mi teoría es que el director de orquesta es el gran moderador de un constante debate entre los músicos y la música, porque lo que hacemos es tan superior a nosotros
Por Jorge Luis Heredia
El aplauso hace regresar al
escenario a Iván López Reynoso. Y luego el aplauso compite abiertamente con el
golpeteo en el piso de los músicos y regresa una vez más. Luego el aplauso se
vuelve más intenso y el golpeteo de los músicos más, el Teatro Aguascalientes es
pura energía para agradecer a Iván López Reynoso, el niño prodigio que regresa
a su tierra amada, recibe un reconocimiento por este concierto que es histórico,
es realmente como lo dijo en la entrevista previa, la Orquesta Sinfónica de
Aguascalientes va a demostrar de qué está hecha… y queda demostrado.
El joven director de orquesta que electrizó el Teatro Aguascalientes: Iván López Reynoso. (Foto: Fin de Semana) |
Impresiona que un joven
nacido en 1990 ya juegue en las grandes ligas. En el primer semestre del 2017 era
director interino de la OSA y pese a que los músicos querían que se quedara como
director, el destino lo envió como primer maestro al Teatro Estatal de
Braunschweig, Alemania, que, para sus 27 años, era indispensable en su profeso
formativo. Y parece que ha rebasado la línea, que se encuentra ya entre los
artistas de este planeta para los que las fronteras y los idiomas ya no
significan límites.
Lo escucho hablar y
realmente Iván López Reynoso es, además de un músico, un pensador. Quizás con
influencia del pensamiento Alemán, quizás influenciado por el filósofo de corea
del sur Byung-Chul Han, que precisamente vive en Alemania, no lo sé, quizás es
simplemente el resultado de su experiencia. Habla del siglo veintiuno, que en
muchos sentidos nos ha paralizado con facebook,
con whatsapp, que nos ha hecho vivir
sin esperanza, sin esperar nada, todo es inmediato y la mayoría de las personas
viven en esa comodidad, sin tomar riesgos. Es un poco como diría Chul Han, “ahora
uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”. Y es que todo mundo
parece tener prisa, hacer mil cosas y muchas de ellas a la vez, pero parece que
las personas ni siquiera saben a dónde van, es más, ni siquiera saben que
tienen prisa.
Iván López Reynoso es todo
lo contrario. Vibra, su energía es intensa. Presiento que tiene prisa, pero
sabe qué quiere, a dónde va y el tiempo de cada cosa. Iván López Reynoso es una
revolución en sí mismo, es una persona que agita Aguascalientes, que le da
vida, que inspira, y eso, eso se sintió en el concierto del viernes. Público y
músicos entregados. Quienes se dieron la oportunidad de acudir al tercer
concierto de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, el viernes 9 de febrero,
fueron testigos de una comunión que elevó la música a un nivel superior.
¿Por
qué te dedicas a la música?
Es una constante pregunta
que nos hacemos incluso nosotros mismos. Yo me hago esa pregunta muy
frecuentemente, prácticamente todos los días, cuál es la verdadera finalidad de
nuestra profesión. Y yo creo que todos los músicos a los que conozco nos
dedicamos a la música por una razón, inclusive egoísta, que nos gusta sentir y
es una manera personal de liberación de expresión de emociones, de todo eso que
a lo mejor no podemos decir.
Usamos la música como canal
de expresividad, de comunicación y desde luego ese mensaje que muchas veces
puede ser personal, se convierte en el mensaje más universal que existe, porque
la música es igual aquí y en China, sin diferencia de idiomas, polos, lenguaje,
historia, ubicación geográfica. Las Variaciones
Enigma de Edward Elgar son iguales en China, Brasil y es la manera más
espiritual de comunicación, es a final de cuentas un medio de comunicación, es
un lenguaje y es el lenguaje más rico del planeta y ¿por qué me dedico a la
música?, porque lo que experimento cuando hago música no lo siento con ninguna
otra actividad, y me parece que el concierto o la función de ópera, o el
recital es capaz de homogeneizar las pulsaciones del corazón de los que están
haciéndola y de los que están escuchándola. Es tan fuerte el impacto de la
música en las personas que es el canal de comunicación más sano y espiritual
que existe.
Aun
cuando es un acto egoísta, luego se vuelve una disciplina tan dura porque ya no
es para ti, es para un público que te espera a cierta hora, ¿qué ocurre con ese
lenguaje espiritual que mencionas cuando se vuelve una disciplina tan férrea?
Desde luego, de la parte
sentimental y de la parte emotiva de la profesión viene una parte considerable
también técnica, como cualquier profesión que tiene su lado teórico y su lado
analítico, la música lo tiene también y sin ese lado la música no existe. Si la
música se hace de manera… ¿cuál es la palabra correcta? Bohemia, tal vez, si no
se estudia a profundidad. Es cierto que cualquier persona en el mundo puede
hacer música, pero desarrollar la habilidad de hacerla es duro, es difícil y
requiere mucha tenacidad y requiere mucha entrega y mucha disciplina, ese es el
lado difícil de la profesión, el lado más complicado, no el lado emotivo, sino
técnico. Lograr que todas esas emociones que puede tener uno en la cabeza o en
el cuerpo se conviertan en un lenguaje que está definido por símbolos y por
precisiones, notas, colores y contextos y demás. Va de la mano el estudio
técnico y el desarrollo emocional del artista, sin uno no hay el otro. Para mí
los artistas que son meramente técnicos no son completos, y los artistas que
son meramente emotivos tampoco lo son. No hay esa unidad en el artista que es
lo que se busca. Se busca ese artista que logre ser claro, tener un discurso,
una idea clara y concisa y que al mismo tiempo sea capaz de transmitir eso que
simplemente no está escrito en la música, los colores, las texturas, la
emotividad, la expresividad, todo eso que no está limitado a la parte técnica,
que está en el lado interpretativo del artista. El lado técnico y el lado
interpretativo del músico van absolutamente de la mano.
¿En
qué momento te das cuenta de que la música no es bohemia solamente, que tiene
una alta carga de trabajo y que quieres asumirla?
Para mí lo fue claro
siempre. A lo mejor de una manera inconsciente al principio, porque al
principio cuando decidí dedicarme a la música no tenía memoria, tenía dos años.
Yo no me acuerdo del momento en el que decidí dedicarme a la música. Es más
bien sólo tiempo, y como todo buen vino el músico va siendo mejor con los años.
Músico,
pero también director, me parece que allí es donde has puesto mucho énfasis,
pero además con resultados interesantes. Llegas a la Orquesta Sinfónica de
Aguascalientes y por lo que sé los músicos querían que te quedaras como su
director. ¿Cuál era tu fórmula?
Para mí lo más importante
siempre a la hora de trabajar con una orquesta es que no haya ni tiranía, ni
que el director sea un dictador, sino que sea un compañero de trabajo y es como
todos los buenos líderes que predican con el ejemplo y no con la autoridad. El
respeto se gana convenciendo a los demás de que lo que lo que haces está
fundamentado y yo lo que…, no quiero decir mi doctrina, pero sí mi idea, mi
teoría es que el director de orquesta es el gran moderador de un constante
debate entre los músicos y la música, porque lo que hacemos es tan superior a
nosotros…, es tan distinto, que por ejemplo el médico tiene que cortar de la
manera más exacta posible, de manera milimétrica, con visiones muy específica
es un lugar del músculo muy particular, porque si no, puede resultar trágico,
todo esto que es absolutamente específico y preciso en otras profesiones, en la
música no hay una verdad escrita en piedra. Y es por eso que hay tantas maneras
de tocar y tantos artistas que nos gustan, que independientemente de si te
gusta o no, hay muchas maneras de hacer música, no hay una sola. Y viene de
eso, de que la profesión está tan ligada al ser humano mismo, que no va a haber
un artista igual a otro, y no va a va a haber un director igual a otro y es por
eso que es tan personal y tan subjetiva esta profesión.
Lo que para un director
puede ser una obra maestra, otro director puede decir no, a mí no me gusta esa
pieza, lo que para una orquesta puede ser un director, otra puede decir no, a
nosotros no nos gusta. Y eso no lo hace un director bueno o malo, simplemente
es diferente, desde luego hay herramientas para definir qué tan sólido es ese
director y ese artista, qué tan consistente es y convincentes son sus
interpretaciones en un punto de vista meramente estilístico. Tan no hay una
sola verdad que uno puede escuchar, te digo Las
Variaciones Enigma, porque es lo que estoy haciendo esta semana, Las Variaciones Enigma de Bernstein,
luego uno escucha Las Variaciones Enigma
de Shorty o de Davis y parecen tres obras diferentes, tres maneras diferentes
de concebir la música y tres grandes maneras de concebir la música, creo que
esa es la gran riqueza y la gran bendición de nuestra profesión que no hay
verdades escritas en piedra y el intérprete tiene que ser prácticamente un
coautor, involucrarse de tal manera con el compositor, que sea capaz de
entender su lenguaje a profundidad.
La Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y su director huésped Iván López Reynoso. (Foto: Fin de Semana) |
Iván,
no cualquiera es creíble. ¿Cómo logras esa credibilidad? ¿Por qué te escuchan
como director?
Porque… Qué buena pregunta,
no lo sé, pero lo que te puedo decir es que yo nunca voy a anteponer nada a la
música. Para mí la música es sagrada, la música es realmente lo más mágico que
yo he tenido la oportunidad de tener entre mis manos. Yo creo que los músicos
ven esa manera en la que yo concibo la música, muy honesta y muy sincera y muy
leal. Yo estoy en constante búsqueda de erradicar la cotidianeidad de nuestra
profesión. Yo creo que cuando la música se vuelve rutinaria pierde toda su
magia y este siglo nos ha malacostumbrado a ser muy rutinarios y a ser muy
cómodos y a ser muy flojos, porque lo tenemos todo al alcance de un aparato.
Yo me puedo meter a spotify, escuchar una sinfonía, puedo
mandar un mail, puedo contestar un whatsapp y todo al mismo tiempo.
Entonces ya no tengo necesidad de nada más, de salir a la calle, de comunicarme
con otras personas, no tengo necesidad de abrir un libro o abrir un libro, lo
tenemos todo tan rápido, y a mí me gusta decir, no porque me guste la frase,
sino al contrario, nunca la palabra había tenido el significado tan real por lo
que ahora hemos perdido la esperanza, la esperanza no en sentido espiritual y
filosófico, sino que ya no estamos acostumbrados a esperar, esa esperanza de
que por ejemplo, yo me acuerdo de una anécdota que me comentada un maestro, de
cuando un estudiante aplicaba para la UNAM o para la Superior de Música o para
el Conservatorio Nacional, y sonaba el cartero, era la emoción más grande del
mundo por que habías recibido la confirmación o que no habías quedado en la
escuela. Nosotros, milenials, ya no sabemos lo que es eso. Ya no lo tuvimos, no
pasamos por ese proceso, ahora todo es electrónico, ya no hay esa esperanza de
que mandabas una carta y en lo que llegaba y en lo que te contestaban, pasaban
semanas, días cuando bien te iba. Antes todavía era el teléfono fijo, que no
todo el mundo tenía teléfono fijo y si estabas en casa tenías que esperar
porque no sabías cuando iba a llegar la llamada. La comunicación tenía más
magia, la cuestión del tiempo era mágico y ya no lo es y esa rutina, esa
flojera es el peor enemigo de la música.
Pero
toda la humanidad está en una situación semejante. ¿No es como una lucha contra
gigantes sacar a las personas de ese promedio?
Lo es. Es como remar contra
corriente. A mí me gusta mucho cuando me invitan a dar clases o seminarios o máster clases o conferencias, porque es
lo que yo les puedo decir a las generaciones que están estudiando música detrás
de mí. Yo me vi como ellos están ahorita y con mil preguntas y con mil dudas. Y
lo primero que digo es que hay que tenerle mucha paciencia a la música, la
música es todo lo contrario a lo que es el whatsapp,
al facebook, que es inmediato. La
música es todo, menos inmediato, necesita tiempo de cocción, es como un
platillo a fuego lento y por más que exista el microondas y la comida enlatada
y todo eso no se va a comparar abrir una lata de pozole grande con preparar el
pozole y no va a ser lo mismo comprar un pastel en la tienda que ver el proceso
de su preparación o como lo haces tú y eso es la música, necesita su tiempo, su
maduración y necesita agarrar consistencia. Yo nací en el noventa, pero a mí
todavía me tocó el teléfono fijo y el cartero, yo no estoy exento de eso. Lo
viví de chico, pero sé de lo que me hablas. Una persona que ahora está
cumpliendo 18 años, que nació en el 2000, ya no lo vivió, los chicos que están
entrando ahorita a estudiar música, no vivieron eso, ya no había correo postal.
Ya no había casetes, ya no había videocaseteras, ni siquiera discos, tal vez, y
todo eso era parte de la magia de nuestra profesión. Eso es lo que a mí me
gusta hacer y eso es por lo que yo creo que tengo tanta empatía con los
músicos, porque ellos saben de lo que estoy hablando.
findesemana.ags@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario
Fin de Semana, La voz cultural de Aguascalientes, agradece su preferencia y le invita a compartir con nosotros sus comentarios en torno a la cultura de nuestra entidad, que alguna vez desearíamos ver con menos nota roja y con más, mucha más cultura, y, como diría la pintora Rosa Velasco, con gente más sensata, más honesta, más sensible. Sea, pues.