La lucha de Carmen Ávila por demostrar que las mujeres sí son buenas para la literatura
Ganadora del premio Dolores
Castro en dos categorías, poesía y ensayo
- Yo quería ser como García Márquez, y de hecho en un concurso del Tec que García Márquez dio el reconocimiento, yo gané en ensayo sobre su obra
- Siempre que leo alguna obra que me llena y me gusta mucho, siempre digo esta es la novela que yo hubiera querido escribir y me ganaron.
Por Jorge Luis Heredia
Carmen Ávila se preguntaba
desde niña para qué era buena, y es que las conversaciones de los adultos a su
alrededor coincidían ante sus oídos de niña que las mujeres no eran buenas para
las matemáticas, ni para la literatura, sólo para cuidar niños, de hecho, por
esos comentarios no estudió una ingeniería, porque de alguna manera la habían
convencido de que no era buena para eso. Pero esa pregunta de para qué era
buena fue lo suficientemente poderosa para llevar su pasión por escribir, que
descubrió desde sus cinco años, a límites que entonces no sospechaba. Acaba de
ganar el premio Dolores Castro y en dos categorías, poesía y ensayo, pero no
son sus primeros premios, en los últimos años ha ganado premios nacionales de
poesía y de cuento, y sus planes apenas empiezan.
Carmen Ávila. Ganadora del premio Dolores Castro y dos categorías, poesía y ensayo. Foto: Cortesía de Carmen Ávila.
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Carmen Ávila conoce lo que la hace vibrar con el universo, que es escribir, pero sabe también que debe aportar algo más a la sociedad, por eso está en la parte final de su doctorado en Políticas Públicas que no le deja mucho tiempo, pero no quita el dedo del renglón y continúa con potencia creadora, con alegría por ambos caminos y no va sola, su familia la apoya, sus padres la siguen hasta Aguascalientes para recibir el premio y un pequeño e inquieto pelirrojo de un año le da la fuerza que necesita para convertirse en la escritora que sueña.
Carmen Ávila, que no es
ninguna feminista, y aunque inicialmente está de acuerdo en que el premio
Dolores Castro se abra también a los hombres, inmediatamente sienta las bases
por las que desde su visión debe continuar un premio que les dé a las mujeres
la posibilidad de, en un cierto ambiente protegido, mostrar su obra, para que se
atrevan a publicar. Hace algunos años, antes de que naciera su pelirrojo, su
sueño era que, si tenía una niña, no tuviera ningún límite y que creyera en
ella misma. En el fondo ese pensamiento la ha guiado para demostrar a cada paso
de su vida lo necio de aquellas palabras machistas que escuchó de pequeña y que,
consciente o no, a cada momento de su vida sigue tratando de demostrar al mundo
la capacidad de las mujeres.
Carmen tiene energía, toda
la energía de una mujer de Saltillo, abierta, franca, que sonríe, que se alegra
de cada descubrimiento de su vida y esa energía impacta a Fin de Semana que le solicita una entrevista antes del brindis y
dice que sí.
Carmen,
al parecer no es la primera vez que participas en el concurso…
No, había participado en
2015 y gané mención honorífica en narrativa, con un cuento y la verdad me quedó
la espinita porque dije mi libro es bueno y me ganaron, entonces dije este año
sí. Vi que en la convocatoria no había ninguna restricción para volver a
participar, bueno, una mención honorífica es lo que había ganado y es como el
primer perdedor…, entonces mandé poesía y ensayo, dije alguna tienen que pegar.
El año pasado, una gran
poeta amiga mía que admiro mucho, que se llama Esther M. García había mandado
también su trabajo de poesía y no ganó, ganó mención honorífica, entonces dije
híjole, tal vez yo no gane en la categoría de poesía, por eso dije quiero mandar
ensayo a ver cuál de los dos pega, y resulta que en los dos gané primer lugar. Me
enteré dos días después, porque me estuvieron tratando de localizar, no estaba
fuera del país, andaba en Francia y me enteré por internet. Y dije bueno, nadie
me avisó, se me hace que no gané, voy a ver quién ganó. Entré a la página y vi
que yo había ganado y dije ah, gané poesía. Leí los comentarios que decían que
una persona ganó dos categorías, y dije a ver quién ganó, y fue cuando me di
cuenta que también había ganado ensayo.
¿Se
te facilita escribir ensayo y poesía?
Sí, la verdad es que escribo
poesía y escribo narrativa, entonces no sé cuál se me facilite más, para
cualquier categoría hay distintas técnicas, lo digo con humildad, no creo que
sea una súper diestra, pero creo que la poesía es donde se me facilita un poco
mejor.
¿Por
qué escribes?
Pues yo creo que desde que
estaba chiquita, desde que tenía como seis años, me gustaba mucho la
literatura, me gustaba mucho escribir. Empecé a escribir formalmente cuando
estaba en la preparatoria, en los cursos de creación literaria del Tec de
Monterrey, mi alma máter, y pues participé y gané en concursos, después
participé en concursos nacionales y gané también el premio nacional de poesía
Enriqueta Ochoa en el 2010 y el concurso nacional de cuento Rafael Ramírez
Heredia en 2013, entonces estos primeros lugares que gano en el Dolores Castro,
son como mis terceros premios nacionales de literatura que obtengo.
Carmen Ávila. Autora de El virus de Munch y Ciudades visibles. Foto: Jaime Lara Arzate. |
¿Y
para qué escribes?
Yo creo que es una necesidad
personal, de que siempre hay algo que decir, la vida es muy corta y yo creo que
es como los actores, cuando un actor se para en un escenario yo creo que puede
vivir otras vidas, yo creo que escribir te permite vivir esas posibilidades que
no vas a poder vivir, porque la vida es un poco lineal, pero cuando eres
escritor te conviertes en el personaje y puedes hacer otras cosas que de otra
manera no podrías. Entonces yo creo que ese es mi principal motivación, vivir
otras vidas y experimentar otras cosas que a lo mejor no voy a poder hacer.
Carmen,
¿qué sientes cuando escribes?
Pues diferentes emociones,
la verdad. Depende del tema que esté tratando, por ejemplo, en este poemario
que se llama El virus de Munch, fue
por un viaje a Noruega que realicé. Y la verdad es que me enfermé muy feo, y
allá en Noruega, voy a decir una tontería, pero están peor que en el seguro
social. Con paracetamol te quieren curar una pulmonía, entonces imagínese, y
eso que es primer mundo… Menos veinte grados. Me enfermé muy feo y me vine
México y me trataron con un montón de penicilina, estaba tan afligida y tan
enojada que empecé a escribir estos poemas sobre la enfermedad.
El libro de ensayos que se
llama Ciudades Visibles lo escribí de
distintos viajes que realicé, entonces cada ensayo trata sobre una cosa y una
ciudad. Por ejemplo, hablo de Berlín y de las maletas que perdí allá, de Praga
y los paraguas, por la obra de Kundera, de la ciudad de Lima, Perú y los
limones, entonces todas son de una cosa y de la ciudad en sí, anécdotas que me
sucedieron en esos viajes.
¿Quién
te ha formado literariamente?
Pues muchos escritores,
cuando era jovencita, tenía 18, 16, 17, a quien leía mucho era a García
Márquez. Yo quería ser como García Márquez, y de hecho en un concurso del Tec
que García Márquez dio el reconocimiento, yo gané en ensayo sobre su obra… Pero
ya después con el paso del tiempo fueron otros escritores lo que nutrieron mi
obra, por ejemplo Coetzee, Paul Auster… De algunos escritores tomo algunas
ideas y siempre que leo alguna obra que me llena y me gusta mucho, siempre digo
esta es la novela que yo hubiera querido escribir y me ganaron. Creo que esas
son mis principales influencias.
¿Cómo
está la literatura en Saltillo?
Hay mucha la verdad en
Coahuila. Gente muy buena. Las Hermanas Luna que son Mercedes y Claudia,
Claudia Berrueto, Esther M. García, Julián Herbert, hay mucho movimiento
cultural de gente que vive allí, muchos escritores internacionales con obra
traducida a otros idiomas, un movimiento muy padre y muy nutrido, la verdad es
que yo soy originaria de Saltillo, nací allí, vivo por algunas temporadas,
porque yo siempre me estoy moviendo, pero ellos son mis amigos y son mis
colegas, y creo que está muy padre el ambiente literario.
Ayúdame
sobre un asunto del premio. Se dice que se debería abrir también a los hombres,
¿tú qué dices?
Pues este…, ahí si no sé qué
decir. La verdad es que, como dijo el director de cultura, Alejandro Vázquez,
estas son acciones afirmativas, para darles un poco más de empoderamiento a las
mujeres, para que escriban, yo creo que si se abre para hombres, no vería
ningún problema, pero la verdad es que hace falta más difusión de literatura
para mujeres, no sólo en cuestiones de premios en publicaciones, muchas mujeres
creo que no quieren ir o no quieren mostrar su obra, entonces yo creo que este
premio es una plataforma para las mujeres y una acción afirmativa. Si hubiera
más participación de las mujeres, o más espacios, no habría necesidad de tener
este premio, por lo que yo sí creo que es una buena oportunidad para mujeres
como yo, para que difundamos nuestra obra, y por eso le agradezco al Instituto
Municipal Aguascalentense para la Cultura, a los organizadores, y que sigan con
estas iniciativas, cada vez se va viendo que hay más participación.
¿Escribes
para periódicos, revistas, dónde públicas?
No, no, no… La verdad es que
estoy con mi tesis doctoral, pero es sobre el doctorado en políticas públicas,
en eso se me va la mayor parte de mi tiempo, pero no, casi no escribo para
medios, es muy raro, más que nada escribo poesía, ensayo, narrativa, pero no
columnas ni artículos para medios.
¿Qué
quieres que sienta o piense la gente que lea tu obra?
Ay, pues en un futuro ser
parte de las letras mexicanas, que me recuerden, o que de perdido algún
estudiante de literatura en un futuro haga una tesis sobre mi obra, no sé, que
se recuerden, que me recuerden por lo que escribí.
findesemana.ags@gmail.com
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