Falta una industria de la danza contemporánea en Aguascalientes: Diana Venegas

Quinto Festival de Danza Contemporánea en Aguascalientes

  •  Es que de verdad todavía no puedo creer que no haya una compañía de danza, cuando hay bailarines que están saliendo. Es cómo sacar médicos sin tener hospitales
  •   La danza contemporánea aporta a la economía, los bailarines no estamos inertes o separados a las necesidades económicas


Por Jorge Luis Heredia

Cuando entrevisto a Diana Venegas irremediablemente pienso en Rilke, su sensibilidad por la vida impresiona, pero no se queda en sensibilidad, es capaz de transformar toda esa energía que late en su pecho en danza, en la formación de nuevas generaciones, en crear festivales, en poner el nombre de Aguascalientes en el mundo del arte.

Diana Venegas. Festival Internacional de Danza Contemporánea de Aguascalientes.


Ha tenido que iniciar, como otros de los gestores culturales de Aguascalientes, desde cero, sin el apoyo de instituciones culturales. Para realizar el primer festival de danza contemporánea, recuerda, sus amigos y familiares pusieron las cacerolas de comida, los cuartos de sus casas para que durmieran los bailarines que, a propósito, venían a bailar pagando sus propios pasajes. Así inició el Festival Internacional de Danza Contemporánea y Diana lo recuerda con los ojos humedecidos, con lágrimas que, presiento, también son de coraje, de un coraje que le ha dado energía para seguir sembrando danza contemporánea en una tierra semidesértica.

Cuando entrevisto a Diana Venegas también es irremediable pensar en la conferencia de Ken Robinson en TED cuando menciona el caso de una niña que en la escuela le diagnostican un trastorno de aprendizaje, pero un médico especialista que los padres visitan para ayudarla les abre el mundo, dejan a la niña en un cuarto y le ponen música, mientras ellos observan desde afuera. La niña empieza a moverse, a bailar, es como si se conectara con el universo y dice el especialista, Gillian no está enferma, es bailarina, lo que tienen que hacer es buscarle una escuela de danza y sí, le buscan una escuela de danza en la que se inicia la formación de la famosa bailarina y coreógrafa Gillian Barbara Lynne.

Me imagino a Diana Venegas así, inquieta, en un ambiente tradicional del que le resulta complejo salir, y su vida no ha variado mucho en ese sentido, continúa en un ambiente complejo luchando con toda su imaginación y creatividad para generar un lugar para la danza contemporánea, y creo nada en el mundo le haría cambiar su compromiso con ella misma, y sobre todo su compromiso para que la danza forme parte de la historia de la vida de las personas.

Dentro de las artes la danza no es lo más frecuentado por los públicos, pero dentro de la danza, la contemporánea un poco menos, dime Diana, ¿por qué hacer danza contemporánea en Aguascalientes?
Porque es un lenguaje del cuerpo, es un lenguaje artístico, es una necesidad de expresión y como necesidad expresiva hay disciplinas dancísticas que no cubren para nosotros los que ejecutamos danza contemporánea. Es una convicción de vida, la vida del bailarín contemporáneo va más allá de la sola estética de verse bien, prueba de ello es una obra que vimos anoche, (Now (h)ere del Centro de Producción de Danza Contemporánea Ceprodac) donde la cotidianidad de una ciudad se convierte en un poema, que difícilmente puedes decir se hace así o asá, es una transformación física, mental, espiritual… Es por ello que es necesaria, como los estilos de pintar o de hacer música, no todo son boleros, no todo es música clásica, hay otras necesidades de expresión. Como decía el maestro Heleno en su taller, decía que la danza contemporánea es la hermana rebelde de la danza clásica. Me pareció hermoso porque es una manera muy sutil de imprimir la idea de la danza contemporánea.

Now (h) here, del  Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) en el Teatro Morelos. Foto: Armando Zúñiga.

¿Qué es la danza contemporánea para ti?
Para mi es la posibilidad de expresar ampliamente y sin límites una idea a partir de una gráfica corporal.

Lo que vimos ayer el teatro Morelos rosa el teatro…
Claro, porque es escénico. El solo hecho de un cuerpo presente en escena es teatral. Pensar en qué momentos se considera teatro, y en qué momentos se considera corpóreo, dancístico…, un actor baila en escena, si lo vemos desde nuestros ojos. Sin embargo hay una construcción poética corporal muy clara, hay una técnica que define la precisión, el goce del cuerpo, que digamos va definiendo un poco las disciplinas, pero utilizar elementos escenográficos, pues la danza lo ha atacado también. Yo más bien hablo de una escena expandida, de algo que ya se transformó en otra cosa.

Con tu experiencia en la danza contemporánea, como Profesora y como organizadora de este festival de danza dime, ¿cuál es el estado de la danza contemporánea en Aguascalientes?
Me parece que es un estado de agitación, yo siento que está en un punto de ruptura en donde se están empezando a crear también perfiles y las nuevas generaciones que están saliendo de la Universidad de las Artes tienen como un perfil más establecido como bailarín profesional. Es complejo, por eso digo que estamos en un estado de agitación, como en una olla de vapor, todavía sin explotar el potencial que tiene.

¿Digamos que todavía no tiene identidad la danza contemporánea de Aguascalientes?
Siempre se está transformando, lo que hace falta son más exponentes que vayan definiendo sus perfiles creativos, que sean persistentes, que no sean efímeros porque lo efímero no arraiga, no permite permanencia. Entonces y si no tiene permanencia es difícil que se mantenga en la mente, en la historia de la vida de las personas, del público. Y en ese sentido también hace falta una estructura para poder tener obras constantes, me refiero a hacer una industria de la danza contemporánea, donde los grupos no sean solamente agrupaciones de amigos, yo sé que hay afinidades pero hay que ir un poco más allá, hay que hacer producciones artísticas en donde el interés no sea la fraternidad sino el interés de hacer escena y poder construir escenas como la que vimos anoche de Ceprodac.
Ceprodac es una industria de producción de danza contemporánea. Los bailarines tienen un sueldo, un lugar para entrenar, tienen una institución que los respalda, un equipo técnico que respalda el trabajo del coreógrafo, del director, nos hace falta industria. El bailarín está allí, está saliendo de la escuela y está buscando posibilidades, pero no hay otro respaldo. ¿Qué le estamos ofreciendo? Yo creo que eso invita a reflexionar que estoy formando profesionales de la danza, pero no estoy generando posibilidades de trabajo y entonces el egresado termina dando clases en una academia, cuando su perfil es hacer escena. Yo te contesto con otra pregunta, ¿quién le está apostando la danza contemporánea en el estado?

La cotidianidad convertida en un poema por Ceprodac. Foto: Armando Zúñiga.

Parece que tú y la universidad de las artes… Y la universidad de las artes implica al ICA, pero no tienes un teatro como lo tiene la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, ni un sueldo como tú bien lo dices, ¿eso es lo que deseas?
Claro, y apoyar a otros perfiles también. Si una agrupación llega a tocar su puerta y propone, se otorgue un recurso, porque hay recurso. Claro que hace falta una compañía, una no, muchas. Hace falta respaldar este trabajo que se viene haciendo. Yo puedo pensar por ejemplo en el festival Lila López donde la gente hace fila como la que vimos ayer para entrar al teatro. La gente ya no va a apoyar a su amigo que se va a graduar. Está ávido de ver algo diferente, algo en potencia. Entonces cuál es la posibilidad de un bailarín, cuando la mitad de su tiempo tiene que dar clases y recorrer toda la ciudad de un lado a otro, quebrarse en mil trabajos para tener un espacio y hacer danza. Me parece muy irresponsable sólo criticar a los egresados, a los que están haciendo danza, cuando nada te está respaldando, cuando conseguir un espacio para entrenar se convierte en una odisea.

¿Qué buscas? ¿Qué propondrías? ¿Una compañía estatal de danza?
Y una municipal, y una independiente… Que la iniciativa privada tenga también la posibilidad de apoyar.

¿Y habría públicos?
Es fácil responder con eso, con eso nos responden a nosotros. ¿Y luego quien viene a verte? Volvemos a lo mismo, ¿qué está fallando, en dónde se está rompiendo la cadena, somos los bailarines los responsables de que lleguen las personas? Pues el hecho que hasta de rentar o pedir un teatro te dicen que la gente no viene, entonces cómo vas a llenar un teatro. No todo es masivo, y eso tenemos que entenderlo. Si la gente escucha todos los días en la radio a un cantante, la gente lo tiene presente, forma parte de su cotidianidad y así sea a tres kilómetros de la ciudad, la gente va, pero nosotros no somos el cotidiano, la danza no es todavía el cotidiano. Te voy a poner un ejemplo muy real, cuando los bailarines interpretaban en El Parián, los niños imitaban lo que estaban haciendo los bailarines, claro, porque en ese momento estábamos en su cotidianidad, en su espacio…, entonces cómo hacer que las personas conozcan, si el bailarín para poder crear una escena tiene que trabajar en otras cosas para poder sobrevivir. Yo creo que un médico gana por curar personas, de atender en un consultorio, ¿por qué un bailarín no puede vivir de bailar, de hacer escena?

¿Será porque la danza contemporánea tiene relativamente poco tiempo en Aguascalientes?, tu compañía El Mito tiene once años, en la Universidad de las Artes van como seis generaciones…
Y por lo mismo se tiene que atender ahora, no hasta que sean veinte generaciones. Hay seis generaciones y cinco años del festival, ya empieza a haber algo, pero todavía no hay compañías que se mantengan. Si vemos en el tiempo, en realidad El Mito nace antes que la Universidad, esto también es una cuestión de convicción.

¿Entonces quien ha influido en quien, la Universidad en la danza contemporánea o los productores independientes, cómo tú, en la danza contemporánea y en la universidad?
Es complicado…, yo creo que mutuamente. El hecho de que se haya creado una carrera profesional tiene que ver con la historia, con las agrupaciones anteriores. He platicado con personas que vinieron de Ceprodac y recuerdan Aguascalientes como un semillero de danza,  y sin embargo algo pasó, alguien no apoyó eso y entonces hay esa necesidad de crear una carrera profesional, pero ahora ya estamos en este momento y lo que tendríamos que hacer es trabajar en la responsabilidad del bailarín y del escénico, que es mantenerse con convicción, pero también es verdad que se requiere más industria, más apoyos…

Ayúdame, dime cinco elementos que se requieren para convertir esta olla de presión de la que hablabas en una industria…
Creo que recursos, espacios, difusión, permanencia e interacción con el resto del mundo.

¿Quién debe poner el recurso?
Hay muchos modelos, pero en gran medida creo que el estado y el municipio, las universidades mismas, la industria privada, la participación independiente también, recordemos que hay muchos modelos de inversión, no es que papá gobierno me dé todo, yo te estoy hablando de una corresponsabilidad. Es que de verdad todavía no puedo creer que no haya una compañía de danza, cuando hay bailarines que están saliendo. Es cómo sacar médicos sin tener hospitales.

¿A quién quisieras como interlocutor aquí enfrente para manifestar tu proyecto?
A los directivos de las instituciones gubernamentales, todos los que están encargados de las diferentes industrias, es que aportamos a la economía, los bailarines no estamos inertes o separados a las necesidades económicas. Hay una manera responsable de responder a eso, si te pagan tú pagas un impuesto, pagas renta, vistes, incluso para poder hacer una producción, generas trabajo a diseñadores, a realizadores, a carpinteros…, cuando existen estas realizaciones se genera riqueza.

¿Quiénes han sido tus ayudantes a lo largo de estas cinco ediciones del festival?
Mmmmmm, te puedo decir que el primer festival me ayudó la comunidad. Nuestros alimentos para los bailarines fueron cacerolas de comida de la propia gente. Te lo tengo que decir porque así es. Los bailarines durmieron en nuestras casas. Se tenía que hacer…, porque si no se hacía en ese momento nos iba a ganar la historia. Tenemos que generar algo y yo debo agradecer a mis compañeros y a las otras compañías que se arriesgaron a venir. En el primer festival El Parian fue la plataforma que nos acogió y dijo sí, ellos sin conocer el potencial de las personas que venían. En el segundo año la comunidad ya me decía, si necesitas habitación, pues aquí está mi casa y lo volvimos a hacer un poco en ese modelo, pero empezamos a tener ahora talleres que empezaran a generar un recurso que ayudara para tener a los bailarines en un hotel, para poder darles alimentos, que no fuera ya de las cazuelas de mi comadre, ni de mis amigos. Mis compañeros todavía se pagaban sus pasajes para venir a Aguascalientes a bailar y después, en el tercer año, fue la primera vez que me dieron una habitación para mi tallerista invitado y tuve el primer recurso para alimentarlo. El año pasado ya en el cuarto festival se logró un recurso que podía hacer que todos mis bailarines tuvieran sus gastos pagados, hotel, alimentos, traslados, un espacio, el teatro Morelos, donde pudieran presentar una obra más estéticamente. Y en este quinto creo que damos un paso impresionante, pues se pagan vuelos internacionales, pudimos tener aquí por primera vez a la mejor compañía del país… Yo creo que finalmente se está haciendo algo significativo e importante.

¿Ves infraestructura en cinco años?
Sí, veo infraestructura, recursos, veo una conexión de Aguascalientes porque ya el próximo año lo vamos a tener, yo te digo lo que va a pasar el próximo año…

¿Y es…?
Una extensión importante de Aguascalientes con otros lugares.

De los más o menos treinta egresados cuántos han roto los estándares normales y han cruzado esa línea, ¿cuántos ya han hecho cosas?
Creo que todavía estamos un poquito en bajos perfiles, yo puedo pensar que a nivel escénico, creativo y de producción un veinte por ciento de los egresados, a ese perfil de que tú me hablas, de decir está bailando en una compañía, o tiene una beca importante o está generando movimiento. Estamos todavía en un bajo perfil, no estoy hablando de que salen y no tienen nada que hacer, están trabajando…

Algunos dando clases.
A eso me refiero, a que los que están en esa situación son el ochenta por ciento, por eso hablo de posibilidades, en qué momento se perfiló a dónde iban a ir los egresados, qué preparó el estado para recibirlos, yo lo comparo mucho con la medicina porque me parece un ejemplo clarísimo, ¿qué preparó el estado para tener una escuela para médicos? Hospitales. Entonces me parece que todavía no se comprende del todo, no es que nos den todo, no se está pidiendo eso, porque te vuelvo a decir, es economía.

Cuando la danza contemporánea y el teatro se rosan. Ceprodac. Foto: Pili Bedolla.

Me has dicho muchas cosas de las que has hecho, déjame hacerte una pregunta difícil Diana, ¿quién eres?
Yo soy Diana Venegas… Es difícil…, creo que soy una persona comprometida, comprometida primero conmigo, con mi convicción y con lo que decidí hacer. Creo que soy solamente responsable o intento ser responsable a lo que yo misma me comprometí. Yo en algún momento dije voy a bailar, voy a dedicarme en la vida a esto, entonces mi responsabilidad es hacer que la vida tenga sentido ahí. Soy una maestra que da clases, coreógrafa, pero sobre todo eso, es un compromiso personal…

¿Cómo te ves en el 2027?
Apoyando otras personas que estén pasando por mi misma situación y me veo bailando todavía y creando…

Muchas gracias Diana, ¿algo que se nos haya escapado?
Que la danza es parte de la sociedad. Somos un corazón latente, porque el arte es así, las personas buscan un lugar que sólo el arte les puede dar.


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