El teatro está en una etapa de supervivencia: J. Concepción Macías
El
viaje de los cantores se presenta del 16 a 21 de octubre en el
Teatro Morelos
- Estamos recurriendo a productos comerciales. Hay lugares alternativos que incluyo retiran al público, porque no es posible que de los 200 pesos que pagas, lo más interesante sea la cena
- Quiero recuperar a esa gente que ha hecho teatro, a José Claro, Ángel Mejía, Antonio López “lobo” y en contraste tengo a recién egresados de las universidades, tenemos actores que acaban de egresar y ya están a la altura de los otros…
Por Jorge Luis Heredia
Te
llevo en mi pensamiento, constante mi amor / dime qué cosa me hiciste, que no
te puedo olvidar, a coro pero sin música, a capela esta
canción popular se convierte en una especie de rezo, como esos rezos lúgubres que
se escuchan en Semana Santa, vamos, como si fuera un susurro del rosario con
una voz dramática y temblorosa y sobre todo con profundas huellas de dolor,
porque así como el dos de octubre no se olvida, como los 43 no se olvidan, así,
igualmente el 3 de julio de 1987 no se olvida ni en la mente ni en el corazón
de Aguascalientes, aquel momento cuando 17 migrantes que buscaban cumplir su
sueño americano murieron asfixiados en un vagón del tren.
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El Viaje de los cantores. Obra de teatro en el Morelos en la celebración de los 442 años Aguascalientes. Foto: Pili Bedolla |
Y de aquí, de México, salen todos,
los coyotes y los migrantes. Allá un sueño por vivir y acá las familias solas
en una pelea eterna por la sobrevivencia. Lo terrible del asunto es que son las
mismas familias, las de los coyotes y las de los migrantes las que comparten
las noticias de sus maridos, de sus hijos y de sus hermanos muertos en un vagón
del ferrocarril, ahogados en el río bravo, asesinados por la migra o fallecidos
de sed en medio del desierto. Eso en México siempre ha estado acompañado de
música. Las Jilguerillas y Antonio Aguilar le cantan a los migrantes y J.
Concepción Macías convierte esa música y ese drama en teatro, los convierte en El viaje de los cantores.
J. Concepción Macías reúne a
varias generaciones de actores, a los recién egresados de la Universidad, a los
que andan sobre los treinta y tantos años y a los que ya tienen una larga y muy
larga trayectoria en el teatro para, de la mano de la Compañía Municipal de
Teatro, lograr una obra dramática, tan dramática como la realidad. En el
dramatismo no hay tregua. Al final de la obra esa canción de Antonio Aguilar se
convierte en una bomba cantada a coro, pero ahora acompañados por la voz de don
Antonio Aguilar y su banda. Retumba. Suena a coraje liberado de una vez por
todas, suena a grito, suena a renacimiento.
Fin de Semana
solicita una entrevista a y J. Concepción Macías para conocer las motivaciones
de este dramatismo, para conocer sobre la elección de sus actores y, sobre
todo, para conocer un poco más al hombre atrás de El viaje de los cantores, obra que se presenta del 16 a 21 de
octubre en el Teatro Morelos, dentro de la celebración del 442 aniversario de
la ciudad de Aguascalientes.
¿Qué
estás buscando con esta obra?
Uno de mis propósitos es
recuperar a esa gente que ha hecho teatro y que incluso habían dejado de
hacerlo. Creo que tienen mucho que aportar y creo que aquí está la prueba. Los
que estoy digamos recuperando son José Claro, es maestro, tiene su centro
cultural, es director, tiene su escuela de teatro y hacía rato que no lo
veíamos en escena, y se juntó con Ángel Mejía y Antonio López “lobo” que es un
locutor. En contraste tengo a recién egresados de las universidades, para mí es
muy importante que la obra tenga los actores de alguna manera que tengan ese
perfil, que den esos volúmenes, que den esa fuerza y pues hicimos una especie
de equilibro. Hicimos un ejercicio para entonarlos a todos, que no hubiera
desniveles. Tenemos un actor que acaba de egresar hace un año y está a la
altura de los otros…
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Tristes recuerdos de Antonio Aguilar cantada a coro como una bomba... Foto: Pili Bedolla |
¿Quién
es?
Está Ilse Belinda, que es la
niña, la mujer embarazada, está Julio Cervantes, que es el esposo de la mujer
embarazada, está Tania Grajeda, que también es de la Universidad Autónoma y hay
egresados ya con algunos años desde su nivel técnico superior en actuación y
luego ya con la nivelación, la licenciatura, pero finalmente son producto de procesos
pedagógicos formativos…
¿Eduardo
Gómez?
Eduardo Gómez acaba de
egresar, es ganador de la muestra estatal de teatro, y regional para pasar a la
nacional. Y además digamos con otro tipo de propuesta porque ellos finalmente
indagan ya un poco más sobre las nuevas tendencias de las teatralidades. Él es
sobre todo actor de trabajo del cuerpo, entonces eso también es un plus para
entrar en una propuesta, no digo conservadora, sino que, aunque tiene partes con
toda la intención anacrónica o desfasada, bueno, es algo que también está dentro
de un realismo y creo que también es interesante tenerlo en esta línea de
trabajo.
¿Por
qué elegiste ese hecho tan dramático y además de que es dramático, le diste
todavía un plus de dramatismo, al grado de que uno termina la obra un poco en shock?
Mira, por varias razones,
desde las muy personales hasta las profesionales. Primero, yo siempre lo digo,
este es un homenaje, acabo de perder en tres años a dos hijos, mis hijos
mayores, jóvenes…, una manera de hacer nuestro duelo, muchas veces no nos
enfrentamos a eso, nos cerramos, digamos que hay una razón de peso que es como
de artista que quiero ser honesto conmigo mismo, no es una proyección, creo que
no nada más uno, sino muchas gentes que han perdido a un ser querido, que es
ahora sí que aunque todas las muertes nos duelen, hay las que nos duelen más.
Por otro lado, creo que es
hacerle justicia al texto de Hugo Salcedo que fue escrito hace veintitantos
años pero que en este año se cumplen treinta años de esta tragedia. Creo que
hemos perdido esa capacidad de sorpresa, creo que ya estamos metidos en un
rollo de individualidad y materialismo, que yo creo que hay que recordarnos que
ante todo somos personas que nos debemos preocupar a dónde vamos con nuestra corrupción,
siempre pensamos en Estados Unidos como el responsable de todo lo que le pasa a
nuestros connacionales desde hace rato… Esto también tiene una denuncia, la
cuestión marginal, la pérdida del campo, la pérdida de oportunidades pues
llevan a la gente a seguir creyendo en la falsa ilusión del sueño americano y
parece que es un tema rebasado, pero finalmente ahorita, ahorita, ahorita mucha
gente está intentando irse. Ya no es un vagón, es caja de tráiler y otras
tantas formas en las que son sobajados, son humillados, son violentados,
secuestrados nuestros migrantes, y no nada más es un asunto local, sino que es
un asunto de nuestro continente hacia el sur, yo creo que también es una manera
de seguir poniendo el dedo en la llaga y bueno pues todos tienen sus tristes
recuerdos.
¿Qué
quieres lograr tú en el teatro cuando dices “denuncia”?
Mira, yo creo que la
denuncia está en tener memoria y buscar que a partir de la memoria sigamos en
el trabajo de que como sociedad, esto no lo dejo en una cuestión panfletaria,
finalmente hay una propuesta sólida, y así como el dos de octubre no se olvida,
así como los 43, también decirle a los mexicanos que hay hechos que a veces
están ocultos y que también son parte de nuestra geografía de la tragedia, del
dolor, esto también en ese sentido no tan solo denunciar, sino decirle a la
gente de Pabellón que hace treinta años lo vivieron todo esto, que aquí estamos
para contar su historia, no solo de los que se fueron, sino de los que se
quedaron y todavía están. Si bien es cierto que uso la palabra denuncia, pero
ya mi etapa de un resentido social recalcitrante ya pasó, ahora mi función es
usar, como un diputado usa la tribuna, yo uso el escenario como una tribuna de
denuncia y creo que nuestra función también es mostrarlo y que la gente haga su
propia lectura y hagan lo que tengan que hacer saliendo del teatro.
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El destino trágico de 17 migrantes muertos en un vagón del tren llevado al teatro por J. Concepción Macías. Foto: Pili Bedolla |
¿Con
qué sensación quieres que se vayan los asistentes a la obra?
Reflexivos y que se den cuenta que esta
historia que tiene una connotación muy cercana a nosotros que nos acordemos que
nuestro estado no sólo es la Ciudad, que hay gente que ahorita está en tránsito
y ahorita está pasándola difícil, por lo menos recordarlos eso ya es una
ganancia.
¿Podríamos
decir que tú eres uno de los artistas con un cierto privilegio al pertenecer a
una Compañía, como es la municipal? Digo, hay muchos grupos artísticos y no
solo de teatro que desean una compañía…
Mira, yo creo que… ¿Cómo
dijiste la palabra?
Privilegiados
Los privilegios se ganan… Y
una de las cosas que yo siempre he manejado como un discurso es la crítica al
teatro que hacemos en Aguascalientes, si te dan un presupuesto, este
presupuesto se tiene qué ver ahí reflejado. Si te van a dar una nómina para
veinte actores, esos actores todos deben estar ahí, presentes, deben estar
vivos, tienen que estar orgánicos, tienen que estar convencidos de los que
están haciendo. Esa es mi labor, provocarlos, seducirlos, invitarlos a que
juntos contemos una historia. Más que privilegio, lo vería más como una manera de
yo aportar, si hay este apoyo, yo no soy el beneficiado, el beneficiado es la
misma gente que trabaja en la parte creativa, los diseñadores, es un trabajo
para los actores y quisiera que no nada más yo fuera el que pudiera dirigir a
la compañía, en un momento yo tengo que dejar ese lugar porque así debe de ser…
Tiene que venir alguien mejor para que esto de alguna manera siga generando la
confianza, para seguirle apostando al teatro. No es una dádiva, es el
movimiento que tiene el presupuesto en función de que nuestros impuestos nos
los regresen para que finalmente hagamos algo que nos apasiona, pero que
también pueda lograr en el público justamente eso, conmoverlo, que reflexione.
Si yo logro algo en una persona, no con esta obra, cualquier otra, si piensan
que tienen que cambiar para ser mejores personas creo que ya estamos del otro
lado.
¿Qué
sello quieres dejarle a Aguascalientes, al municipio y a la compañía que
diriges?
Es un sello de una instancia
con muchísimo sentido de compromiso, con un esfuerzo constante hacia el
profesionalismo y con la idea de que lo que hagamos va a ser formador de
públicos, yo creo que ese es el sello, el sello de la calidad, el sello la
contundencia.
¿Cómo
compañía no debería estar más presentes en Aguascalientes y no sólo en el
aniversario de nuestra ciudad?
Esta obra hay planes de que
haga otras temporadas y hay planes de que vaya a Estados Unidos y hay planes de
que vaya a México, a una universidad y pues también depende de la suma de
voluntades, tanto de la institución como de nosotros, muchas obras se caen por
el reparto, finalmente preferimos un buen producto y ofrecer a los actores esta
certeza a que caigan en el chambismo, entonces hay que hacer buenas
negociaciones para que eso también abone al profesionalismo y una obra tenga el
tipo de vida que merece.
¿Cuál
es el estado del teatro ahorita?
Yo creo que falta mucho en
el teatro en Aguascalientes, cada vez estamos entrando en el asunto de la
supervivencia, recurriendo a productos comerciales, no sabemos manejar el tono
de la comedia y entonces ya hay lugares alternativos que incluyo retiran al
público, porque no es posible que de los 200 pesos que pagas, lo más
interesante sea la cena. Por allí es un poco el asunto, creo que también en las
universidades se tienen que replantear cuál es el perfil del ente teatral que
están egresando, para que también tengan muchísimo más apertura a no tan sólo
considerarse gente de teatro a partir de actuar, sino poder dirigir, diseñar,
falta mucho. Tenemos problemas de cuadros para la producción profesional.
¿Y
a quién le corresponde?
A todos, yo creo que a
todos, a maestros, a instituciones, a gentes que estamos en las tablas nos toca
la posibilidad de enseñar. Creo que hay dos tipos de cocteles, el coctel
coincidente hacia lo favorable y el coctel que sus ingredientes van en contra
de un buen resultado.
¿Crees
que perdure la obra?
Eso también es un asunto de
voluntad, las obras tienen que mostrarse para que si el público tiene a bien
recomendarla, el público también en ese sentido es el que hace la segunda
parte.
¿Por
qué las canciones en la obra, sobre todo la de Tristes recuerdos?
Porque tienen qué ver con
nuestro contexto, Antonio Aguilar es nuestro y de Zacatecas. Tiene qué ver con
nuestra cuestión regional. Y porque la obra después de 30 años sigue
demostrando que son tristes recuerdos.
findesermana.ags@gmail.com
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Fin de Semana, La voz cultural de Aguascalientes, agradece su preferencia y le invita a compartir con nosotros sus comentarios en torno a la cultura de nuestra entidad, que alguna vez desearíamos ver con menos nota roja y con más, mucha más cultura, y, como diría la pintora Rosa Velasco, con gente más sensata, más honesta, más sensible. Sea, pues.